Compartir una botella de champán en una discoteca de Huelva resulta ya misión imposible. El desabastecimiento mundial de bebidas espirituosas y espumosas por falta de vidrio ha empezado a dejar sus consecuencias en los establecimientos de ocio y las primeras consecuencias se están dejando ver en el champán.
Óscar Nova, presidente de la Asociación de Ocio Nocturno, ha explicado a Viva Huelva que aunque aún queda stock en los locales onubenses de la mayoría de marcas de bebidas alcohólicas resulta complicado encontrar una botella de Moët & Chandon.
En muchas ciudades las reservas de las marcas más populares de ginebra, vodka o whisky han caído en picado en los últimos días pero Huelva, de momento, puede atender a sus clientes. “Nosotros sí tenemos stock pero parece que habrá problemas para hacer pedidos, sobre todo, para Navidades”, señala Nova.
De hecho, se calcula que el desabastecimiento no tendrá solución antes de las próximas fiestas por lo que habrá que cambiar de preferencias a la hora de tomarse una copa. “Tendremos que buscar alternativas si se agota una determinada marca, por ejemplo, si nos quedamos sin Beefeater habrá que comprar Bombay y si se agota el Barceló, pues Brugal”, dice Nova.
El principal problema que tienen los fabricantes, explica el empresario, es la falta de vidrio para embotellar, ya que la producción frenó durante meses y ahora necesitan tiempo para ponerse al ritmo de la demanda, que ha ido en ascenso en los últimos meses. “El verano ha sido muy fuerte de ventas”, dice Nova y los distribuidores no tienen remanente.
En cualquier caso, los hosteleros onubenses esperan poder dar respuesta a los clientes en unas fechas en las que se incrementan las ventas para seguir remontando las consecuencias de una pandemia que ha sido especialmente dura para su sector.
En este sentido, Nova explica que la mayoría de los empresarios de ocio nocturno de la provincia han podido aguantar el parón sin tener que cerrar definitivamente sus negocios. Eso sí, dice, para ello han tenido que “cargar las mochilas con créditos ICO y préstamos”. La mayoría cuenta con locales a los que han destinado una inversión muy importante y han tenido que hacer lo imposible para sobrevivir hasta el relajamiento de las restricciones.