Los vecinos reclaman el cumplimiento de la ley de accesibilidad, de modo que puedan acceder al residencial los servicios de emergencias en caso necesario
La presidenta de la asociación de vecinos de la urbanización Arenas de Poniente, en la playa de Motril (Granada), María Jesús Granados, que estaba encadenada a una palmera desde el pasado 23 de septiembre para pedir al Ayuntamiento el cumplimiento de la ley de accesibilidad, abandonó anoche la protesta por problemas médicos.
Granados, que no obstante contempla la posibilidad de retomar esta reivindicación si no se soluciona el problema, estaba siendo visitada de forma continua por un médico, que le recomendó abandonar la acción por los problemas físicos que ya padecía y por los que estaba recibiendo medicación, ha indicado a EFE.
También eran ya muchos los vecinos de la urbanización que le estaban pidiendo que abandonara la protesta ante su situación física. Inicialmente fueron varios los inquilinos que de manera simbólica se encadenaron a la palmera, si bien solo Granados continuó adelante con la acción, que ha durado una semana.
María Jesús Granados destaca que pese a dejar de estar encadenada, la reivindicación seguirá activa por parte de toda la urbanización y este martes pondrán el asunto en manos de un gabinete jurídico.
Los vecinos reclaman el cumplimiento de la ley de accesibilidad, de modo que puedan acceder al residencial los servicios de emergencias en caso necesario.
Según la presidenta de la asociación, el sábado pasado un vecino tuvo que ser asistido por los servicios de emergencias, que tuvieron que sacarlo a pie hasta la carretera ante la imposibilidad de acceso de la ambulancia.
Granados inició la protesta a primera hora del lunes pasado y la ha mantenido esta semana tanto de día como de noche.
La urbanización tiene 119 viviendas cuyos inquilinos viven de forma permanente en la mayoría de los casos.
En los últimos años ha habido "varios problemas de accesibilidad para los servicios de emergencia", señala Granados, que dice que se ha llegado "a pasear a un fallecido por la calle ya que no podía entrar el coche fúnebre".
En otra ocasión, los bomberos no pudieron intervenir con su vehículo autobomba en un incendio porque no podían meterlo, según los vecinos.
La urbanización cuenta con cuatro edificios y "solo tiene una pequeña calle de acceso sin salida que es una auténtica ratonera", relatan. Se encuentra además separada de la finca colindante, un establecimiento hotelero, por un muro que se encuentra "en mal estado de conservación".
Al inicio de la protesta, el Ayuntamiento explicó que ya existe un acuerdo con los propietarios y la intermediación del Defensor del Pueblo Andaluz a petición de los vecinos, y que en ese encuentro se establecieron las líneas de actuación para solucionar los problemas que afectan a esta urbanización.
En el acuerdo, según el Ayuntamiento, se priorizó garantizar la seguridad de los residentes, lo que incluye la eliminación de seis alcorques sin afectar al acerado y así proporcionar más espacio en la calle. EFE
Frente a la propuesta del Ayuntamiento, los vecinos solicitan el retranqueo del muro existente, que separa la urbanización de los propietarios colindantes, para de esa forma hacer el vial más ancho.