En la mayoría de los países, las familias toman la decisión sobre la donación de órganos tras el fallecimiento de una persona cuando quien muere no había expresado una voluntad concreta en vida sobre este asunto y una investigación de la Universidad de Granada (UGR) ha analizado el impacto de las decisiones familiares en la donación y han comparado los dos modelos de consentimiento vigentes a nivel mundial.
El estudio demuestra que, cuando se tiene en cuenta el papel de la familia, estos dos modelos no se diferencian apenas el uno del otro. En el mundo existen dos modelos de consentimiento para la donación de órganos tras la muerte: el modelo de inclusión voluntaria, también llamado consentimiento explícito, y el modelo de exclusión voluntaria, también llamado consentimiento presunto, donde todas las personas son consideradas como donantes por defecto salvo que hubieran expresado en vida lo contrario.
España, como la mayoría de países europeos, se rige por el modelo de exclusión voluntaria. Recientemente, varios países, incluidos Colombia, Escocia, Inglaterra, Islandia, Países Bajos, Suiza y la provincia canadiense de Nueva Escocia, han cambiado su modelo de consentimiento al de exclusión voluntaria con el fin de incrementar sus tasas de donantes de órganos.
El estudio examina el impacto y la eficacia que puede tener este cambio en un país cualquiera y a diferencia de estudios anteriores, el equipo de investigación de la UGR tiene en cuenta el papel de la familia.
Entre las medidas cuya efectividad está demostrada para aumentar la donación de órganos los investigadores señalan el tener profesionales sanitarios con una formación específica para afrontar la entrevista familiar, como es el caso de los coordinadores de trasplantes en España o las enfermeras especializadas en donación de órganos en el Reino Unido.