En esta época del año nuestro cabello se resiente debido a agentes externos como son los oscilantes cambios de temperatura, entre otros, y a estos se le suma la caída del cabello. Tenemos que elegir un champú acorde con nuestras necesidades, tipo de cabello y ahora viene el quid de la cuestión: con o sin sulfatos. Sí, lo sé, a mí al principio también me sonó a chino, pero se trata de sustancias químicas eficaces para combatir la suciedad e impurezas. Si queréis saber si vuestro champú habitual los contiene lo podéis identificar como ‘Sodium Lauril Sulfate’ o ‘Sodium Lureth Sulfate’.
Los sulfatos son los encargados de producir la espuma del champú, a más cantidad de espuma, más agresivo para el cabello, aunque los expertos coinciden que no son perjudiciales para el cuero cabelludo. Eso sí, resecan el cabello y la intensidad del color en cabellos teñidos se pierde antes.
Esta es mi lista de champús sin sulfato dependiendo el tipo de cabello:
Cabellos secos:
- Champú de Babaria con aceite de semilla de cannabis como ingrediente principal. Repara, reduce el encrespamiento e incrementa el brillo natural del cabello.
- Champú Pantene de la línea Gold Series con aceite de argán. Tampoco contiene parabenos ni siliconas.
Cabellos de raíz grasa:
- Champú sólido de Garnier con agua de coco y aloe vera. Hidrata y suaviza sin apelmazar el cabello.
Cabellos Grasos:
- Champú purificante con arcilla suave y limón, también de Garnier. Ayudará a alargar el tiempo entre lavado y lavad porque absorbe el exceso de sebo.
Cabellos de normales a grasos:
- Champú micelar purificante de Nivea. Limpieza en profundidad, hidrata y respeta el ph natural del cuero cabelludo.
Cabellos teñidos:
- Low Shampoo para pelo teñido de L'Oréal en textura crema. Limpia y nutre en profundidad sin engrasar ni apelmazar el cabello.
- Champú de Klorane elaborado con una especie de granada procedente de Marruecos. Sus propiedades únicas hacen conservar la intensidad del color y el brillo natural del cabello.
Los sulfatos sin embargo para la higiene corporal son más agresivos, sus efectos secundarios pueden llegar a eliminar la capa de lípidos, dejando sin protección a la dermis y expuesta a la deshidratación.