Desde la Edad Media, San Sebastián, ese santo que en su martirio fue tirado a una cloaca, se especializó en proteger a las poblaciones.
En El Puerto de Santa María, hacía muchos años que no quedaba rastro devocional del culto exitoso que se le rindió a San Sebastián en el pasado. Desde la Edad Media, este santo, que en el padecimiento de su brutal martirio fue tirado a una cloaca, se especializó en proteger milagrosamente a las poblaciones, por las que intermediaba librándolas de los mortíferos efectos de las epidemias. Así fue como se hizo popular en toda Europa.
Nuestra ciudad tenía como recuerdo de épocas en las que se le rindió culto, la conocida calle San Sebastián, que termina según la dirección del tráfico en la Plaza de España, o que comienza según la puerta de la Basílica en pleno centro de culto de nuestra ciudad. También encontramos una cruz en recuerdo de distintos edificios que llevaron su nombre en la parte alta del Barrio Alto, en una esquina de la calle Santa Fe, y además preciosos cuadros en la Basílica de Nuestro Señora de los Milagros o en la Parroquia de San Joaquín, que muy pocos portuenses hacen hincapié en ellos, pero que sin embargo todos sabemos que están ahí.
Patrón de nuestra ciudad y que, tras siglos, se le comenzó a rendir culto hace entorno a 10 años en la zona norte de la ciudad, con un grupo de fieles hoy convertiros en la Agrupación Parroquial Sacramental de Nuestro Señor Jesucristo en su Soberano Poder ante Caifás, Nuestra Señora de la Estrella y San Sebastián Mártir.
Siendo hermano fundador de esta Agrupación, jamás pensé que en pleno siglo XXI, la devoción a San Sebastián iba a ser tan necesaria, ya que hoy todos los creyentes le pedimos al Santo Patrón de El Puerto que interceda para que todos los enfermos por COVID-19 se recuperen y que acaben los fallecimientos y los contagios.
Tan importante fue San Sebastián dentro de nuestro país que cuando se produjo la epidemia de peste del año 1576, el Ayuntamiento y el Cabildo catedralicio de Sevilla acordaron celebrar una función solemne todos los años en honor a San Sebastián, el mismo día litúrgico suyo, con procesión de ambos cuerpos corporativos, desde la catedral hasta la ermita de San Sebastián y el posterior regreso a la Seo Metropolitana. Este ceremonial se organizó durante varios siglos anualmente, hasta que se hizo la última vez en 1869.
Cabe destacar que San Sebastián fue invocado comúnmente como un protector contra la peste. Según los registros históricos, defendió la ciudad de Roma contra la plaga en el año 680. Su asociación con la plaga podría deberse a que sobrevivió al disparo lleno de flechas y en la creencia pagana, la pestilencia se produjo por flechas disparadas por los dioses desde arriba. Incluso los cristianos romanos apreciarían este simbolismo. Capturado posteriormente en obras de arte tan tarde como en el Renacimiento, donde los artistas pintaban a las víctimas de la peste con flechas negras en su cuerpo.
Por todos estos motivos os pido, portuenses, que nos unamos todos y le pidamos en una oración íntima de cada uno de nosotros a San Sebastián, que nos ayude en una crisis sanitaria como la que vivimos hoy día en la que una pandemia producida por un virus desconocido para nuestros investigadores y médicos está asolando al mundo entero y en el que tanta fe necesitamos, porque estoy convencido de que San Sebastián sigue dispuesto a ayudar a la humanidad ante el odiado coronavirus.
Ánimo tanto al Presidente de la Agrupación Parroquial Sacramental de Nuestro Señor Jesucristo en su Soberano Poder ante Caifás, Nuestra Señora de la Entrega y San Sebastián Mártir, como a su Delegado Seglar, mi hermano Juan Gallego, y su Junta de Gobierno, que comiencen a trabajar porque cuando todo esto pase, la ciudad deberá rendirle los mejores de los cultos a nuestro Santo Patrón San Sebastián, ya sea con una procesión donde todos los portuenses puedan agradecerle su intermediación, bajo unos cultos en la Basílica Menor de Nuestra Señora de los Milagros, o a los pies de un precioso altar del Teniente de Alcalde de Fiestas y gran artista portuense, David Calleja. Sea donde sea, pero os pido en esta carta abierta que honremos a San Sebastián porque estoy convencido que a través de nuestra fe en él, saldremos reconfortados de esta grave crisis sanitaria.
Javier Bello González, Hermano Fundador de la Agrupación Parroquial Sacramental de Nuestro Señor Jesucristo en su Soberano Poder ante Caifás, Nuestra Señora de la Entrega y San Sebastián Mártir.
