La extinta Faffe dispuso al menos de cuatro tarjetas de crédito. La Junta de Andalucía sólo ha reconocido, hasta el momento, la existencia de una asociada a la dirección de la entidad. Y que había había alguna otra dedicada exclusivamente a repostaje de los coches oficiales. No ha especificado cuántas.
El propio gerente de la fundación, Fernando Villén, reconocía en una entrevista publicada este miércoles por el diario Abc que existían al menos otras dos, a disposición del chófer del coche oficial, que se usaban para pagar peajes, una de ellas, y combustible, la otra.
Ya son tres: la que usaba el director y las dos que usaba su chófer. Con la primera se pagaron, según la declaración de una técnico de la dirección financiera ante la UCO, "gastos de comidas en restaurantes, alojamiento y, en alguna ocasión, reparación de vehículos". Incluso dijo que "en dos o tres ocasiones" se cargaron gastos indebidos, que hubo que devolver.
¿Y la cuarta tarjeta? En la declaración que realizó la trabajadora C.D.T. en marzo de 2016 ante la UCO, ésta reconoce que el responsable de la Fundación disponía de una tarjeta Visa, primero vinculada a una cuenta de la antigua Caja San Fernando y posteriormente, a otra de Unicaja.
El consejero de Empleo de la Junta, Javier Carnero, aseguró el 8 de mayo pasado, tras la denuncia del PP-A por el presunto pago de servicios de alterne con una tarjeta de la Faffe, que las liquidaciones de "una única" tarjeta, asociada a la dirección, suman 1.563 euros entre 2008 y 2010.
Esa cifra no contabiliza, obviamente, las posibles devoluciones de pagos realizados previamente con la misma, como los que, según se deduce de la investigación policial, se pudieron realizar en el club Don Angelo’s de Sevilla. Pero tampoco cuenta los pagos realizados antes de 2008, seguramente, porque esa tarjeta no existía en esa fecha.
Sin embargo, según declaró la trabajadora mencionada a la Guardia Civil, ella tenía conocimiento de que la tarjeta se había usado al menos desde 2007. Antes de esa fecha, era otra persona la que se encargaba de controlar ese tipo de movimientos.
Es decir, que si en 2007 el gerente de la Faffe ya disponía de una tarjeta de crédito, la tarjeta a la que se refirió el consejero de Empleo, que estuvo vigente de 2008 a 2010, era una tarjeta diferente de la que estaba operativa en 2007.
Tanto la UCO como el fiscal, y también el propio Juzgado de Instrucción 6 de Sevilla, que investiga el caso Faffe, a petición de los investigadores, han solicitado desde hace meses a la Junta que aporte la información relativa a los movimientos de las tarjetas y de las cajas de caudales que existían en las distintas sedes que tuvo la Faffe.
