Los Reyes, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, presidieron ayer la inauguración de la cúpula de la Sala XX del Palacio de las Naciones de Ginebra, que desde ayer será la nueva sede del Consejo de Derechos Humanos y será denominada Sala de los Derechos Humanos y la Alianza de las Civilizaciones. Una mastodóntica obra del artista mallorquín Miquel Barceló que Don Juan Carlos calificó de “impresionante” y de la que destacó su “indudable belleza creativa y fuerza expresiva”.
Y el mismo día en el que se inauguraba la cúpula, el PP subió un escalón en sus críticas hacia la polémica financiación de la obra de Barceló. La portavoz poular en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, exigió que el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, explique la partida de medio millón de euros procedente de la Ayuda Oficial al Desarrollo que se destinó a financiar esta cúpula.
Unas 700 personas llenaban la remozada Sala de los Derechos Humanos y la Alianza de las Civilizaciones de Ginebra en la que todavía se podía percibir el olor a pintura fresca. Todas ellas miraban maravilladas hacía arriba, hacia la cúpula en la que el artista español ha intentado representar la “superficie oceánica de la Tierra y sus oquedades más escondidas”.
“En este mar agitado, cabe suponer varios niveles: el fondo del agua y sus moradores polícromos, el plano del agua, la espuma blanca del agua revuelta en marejada y, al final, el reflejo, lo que refleja este mar, lo que está debajo, nosotros”, señaló Barceló en un discurso que pronunció primero en francés, luego en catalán y por último en español.
En el acto de inauguración también tomó la palabra Don Juan Carlos que calificó de “impresionante” la obra de Barceló. El felicitó “muy calurosamente” al artista, porque su obra le despierta “una especial y enorme admiración” y destacó que “nada mejor que el arte como lenguaje universal para expresar los valores, principios y misiones que inspiran a las Naciones Unidas”.
Por su parte, Zapatero, que audió al acto acompañado de su mujer Sonsoles Espinosa, destacó que esta obra “quiere ser reflejo de la España actual, de su energía y confianza en sí misma” y expresar el “compromiso” español con los derechos humanos, el multilateralismo y la defensa de la paz”. Para Ban Ki Moon la obra de Barceló puede verse como una “metáfora” de la labor que desempeña la ONU, ya que los colores de su mar de estalactitas cambian según se vean desde una u otra posición, al igual que en política la postura y visión de cada uno también varía y dependen del lugar de donde procede.
Además de los Reyes, Zapatero, y el secretario genreal de la ONU, en la inauguración también estuvieron el director general de la ONU en Ginebra, Sergei Ordzhonikidze, el presidente de la Confederación suiza, Pascal Couchepin, el primer ministro turco y máximo socio de Zapatero en el impulso de la Alianza de Civilizaciones, Recep Tayipp Erdogan, y el ex secretario general de la ONU Kofi Annan.
Para esta monumental creación Barceló, ayudado por un equipo formando por una quincena de personas, ha empleado más de un año de trabajo y cerca de 35 toneladas de pintura.
La rehabilitación de toda la sala, asumida por España y que incluye la obra, los servicios de comunicaciones y el mobiliario, ha costado 18,5 millones de euros (más un 10 por ciento de desviación autorizada), de los que el Estado español aporta 7,4 millones de euros, de los que casi cinco proceden del presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
Polémica con la financiación
Precisamente el mismo día en que se inauguraba oficialmente la obra de Barceló, el PP recrudeció sus críticas hacia el Gobierno por la financiación de la cúpula. Y concretamente la arremetida popular tiene como blanco al ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación a quien, según recordó la portavoz del PP en el Congreso, se le dirigirá hoy una pregunta sobre la partida de 500.000 euros de la Ayuda Oficial al Desarrollo para financiar una cúpula de la ONU en Ginebra.
“Mañana (por hoy) Moratinos tiene dos minutos y medio para dar una explicación del destino de ese dinero a esa cúpula, y si no lo hace, tiene un minuto para abandonar el Ministerio de Asuntos Exteriores”, espetó Sáenz de Santamaría.