El sábado, en torno a las 21.30 horas salió la sagrada imagen de San Antonio del templo de San Francisco después de una larga homilía dirigida en la parte espiritual por el padre adjunto Manuel Rodríguez Salas. Durante la eucaristía tomaron gran protagonismo los numerosos niños hermanos de la cofradía de San Antonio, que con sus alegres cánticos rindieron tributo al santo franciscano en plena onomástica. El veterano sacerdote se encargó de explicar a los feligreses en un abarrotado templo el sentido del Pan de San Antonio, entregado a los niños y al público en general por parte de la hermandad. Este producto, que no es más que un pequeño bollo de pan bendecido, viene a convertirse simbólicamente en “una expresión de caridad”, como explicó el párroco adjunto de San Francisco.
Tras la cita eucarística, la hermandad puso rumbo procesional por las calles de la feligresía con el acompañamiento de la banda municipal de música Vicente Gómez Zarzuela. Momentos antes, el hermano mayor Manuel Iglesias mostraba su satisfacción por el calado popular de la procesión, ya que despertó un gran interés entre los vecinos de Arcos asomados en multitud al barrio de San Francisco.
Ya en la calle, el santo apareció en su pequeño paso dirigido un año más por la incombustible capataz Francisca Roldán. San Antonio recobró los primaverales girasoles en sus exornos. El desfile contó con la presencia de la alcaldesa de la ciudad, Josefa Caro, y de la teniente de Alcalde Ana González, que acompañaron a la numerosa representación de la Iglesia y de las hermandades a través del Consejo Local de Hermandades y Cofradías.
Corpus Christi
Imagen parecida en su escenificación, aunque no en el fondo, se repitió en la mañana del domingo en la procesión del Corpus Christi, salida de la parroquia de San Pedro Apóstol en torno a las 11.00 horas y una vez concluida la misa dirigida por el joven sacerdote Jaime Salado de la Riva, quien posteriormente dirigió espiritualmente el cortejo procesional portando la custodia que representa a Jesús sacramentado.
Más que destacado fue el papel desempeñado por los vecinos y establecimientos del casco antiguo, que engalanaron fachadas y calles para el paso del Santísimo, a base de romero como manda la tradición y con detalles que bien llamaron la atención, como el pequeño altar situado en la calle Boticas, que lució en un rincón una pequeña imagen de María Auxiliadora y su Hijo rodeados de plantas aromáticas; una escena que vino a recordar en gran modo a las recientes cruces de mayo. Igualmente, fueron destacados los numerosos niños que evocaron durante el desfile su reciente primera comunión, luciendo sus trajes de la ocasión en una explosión de blanco inmaculado y de estética primaveral.
La procesión, que también gozó de una gran representación de las hermandades, del Ayuntamiento y de la Iglesia, recorrió el casco antiguo empezando por el barrio de San Pedro, disfrutando una vez más de la música de la municipal Vicente Gómez Zarzuela y de los cánticos de la feligresía en honor a Cristo sacramentado.
El Corpus volvió a congregar a miles de personas en otros puntos de la comarca de la Sierra, en pueblos como El Gastor y Zahara --las grandes referencias-, donde, a pesar de las elevadísimas temperaturas, la fiesta se desató en plena calle.