En España hay tópicos para todos. De los catalanes se dice que son tacaños; de los madrileños que son muy chulos... y en Andalucía, que tampoco se salvan, hay cinco tópicos muy famosos que no se quitan ni con agua caliente.
Según el resto de la península:
Los andaluces son vagos: este es uno de los tópicos más extendidos y falsos, ya que Andalucía es una región con una gran actividad económica, social y cultural, que aporta el 13,3% del PIB nacional. Además, los andaluces tienen una jornada laboral similar a la del resto de españoles, y la siesta no es una costumbre exclusiva de esta comunidad.
Son paletos y hablan mal: otro mito que no se sostiene, ya que los andaluces tienen un nivel educativo y cultural comparable al de otras regiones, y su acento y expresiones son una muestra de su riqueza lingüística y su diversidad dialectal. El andaluz no es un español mal hablado, sino una variedad propia y legítima.
Son fiesteros: este tópico tiene algo de verdad, ya que los andaluces son gente alegre, sociable y con un gran sentido del humor, que disfrutan de la vida y de las celebraciones populares. Sin embargo, esto no significa que sean irresponsables o que no se tomen en serio sus obligaciones y problemas. Los andaluces saben compaginar el trabajo y el ocio, y tienen una gran capacidad de adaptación y resiliencia.
Bailan sevillanas y cantan flamenco: este mito se basa en la identificación de Andalucía con el folclore más típico y conocido, pero que no representa a toda la comunidad. El flamenco y las sevillanas son manifestaciones artísticas muy arraigadas y valoradas en Andalucía, pero no son las únicas ni las practican todos los andaluces. Andalucía tiene una gran variedad de géneros musicales y de bailes, que reflejan su diversidad cultural y su mestizaje.
Son muy religiosos: este mito se fundamenta en la importancia que tiene la religión católica en la historia y la cultura de Andalucía, especialmente en las fiestas y tradiciones como la Semana Santa o el Rocío. Sin embargo, esto no implica que todos los andaluces sean creyentes o practicantes, ni que no haya otras confesiones o creencias en la región.