En un comunicado, el Consejo de Ministros saharaui condenó la "grave" situación de los derechos humanos en los territorios del Sahara Occidental bajo control marroquí y la "brutal represión contra todo tipo de protesta pacífica".
El Gobierno saharaui consideró que la protesta de Gdeim Izik constituye "un grito de rechazo colectivo de todo el pueblo saharaui contra la política colonial marroquí en el Sahara Occidental, de marginación, asentamientos y expolio de los recursos naturales".
Asimismo, elogió el "espíritu de resistencia y de rebeldía demostrado por las masas saharauis en los territorios ocupados y en el sur de Marruecos".
El comunicado advirtió de las "consecuencias" que pueden derivarse del "bloqueo aéreo y terrestre impuesto por los diferentes aparatos del Ejército marroquí, que impide el acceso de alimentos, agua y medicinas".
En este sentido, el Ejecutivo saharaui demandó la "urgente" intervención del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) con el fin de proporcionar las necesidades básicas a los habitantes del campamento de protesta, que estima en más de 20.000 personas.
Igualmente, exigió a la ONU que "asuma su plena responsabilidad de proteger a la población civil saharaui en el Sahara Occidental hasta la organización del referéndum de autodeterminación".
Desde principios de octubre miles de saharauis han levantado un campamento en Gdeim Izik para protestar por sus condiciones de vida en la zona controlada por Marruecos.
El pasado 23 de octubre el adolescente saharaui Nayem Elghari, de 14 años, murió tiroteado por agentes marroquíes cuando intentaba acceder, junto a otras personas, al campamento de protesta.
Otros cinco saharauis resultaron heridos, entre ellos Dawdi Ahmed, que se encuentra en estado "muy crítico" en el hospital militar de El Aaiún, según fuentes del Polisario.
