Familiares de los 33 mineros atrapados en un yacimiento en el norte de Chile terminaron la jornada de hoy "felices" tras recibir un vídeo con nuevas imágenes de los obreros, mientras la justicia ordenó la retención de 1,7 millones de dólares a la empresa dueña de la veta.
En los canales de la televisión abierta se vieron nítidas las estampas de unos quince obreros, con largas barbas, bastante delgados y ojerosos pero de muy buen ánimo, en el que enseñan las instalaciones que ellos mismos montaron.
"Acá lo tenemos todo bien organizadito. Por acá tenemos un dominó (juego). Este es el lugar donde nosotros nos entretenemos, hacemos una reunión todos los días, planificamos. Acá oramos", señaló un obrero que hizo de conductor.
También mostró un vaso "para lavarnos los dientes y acá hacemos la limpieza básica", añadió el trabajador, que destacó que los mineros (abajo) forman un "gran número de profesionales".
"Hay un excelente grupo de trabajo acá dentro y un excelente grupo de profesionales y eso es una de las cosas que más nos ha fortalecido", recalcó el minero, que junto a sus compañeros permanece a unos 700 metros bajo tierra.
La grabación, hecha por uno de los obreros atrapados, dura unos 45 minutos y fue exhibida en más de una oportunidad en una gran pantalla que se levantó en las cercanías de lo que fue la entrada del yacimiento San José, con el fin de que sus familiares lo pudieran ver y también grabar.
Al término de vídeo los 33 obreros entonaron con entusiasmo el himno nacional y gritaron: "Viva Chile, vivan los mineros".
En tanto, la justicia chilena ordenó este jueves retener 900 millones de pesos (1,7 millones de dólares) a la empresa minera San Esteban, dueña del yacimiento San José, donde se encuentran atrapados los obreros, uno de ellos boliviano, desde el pasado 5 de agosto.
Según fuentes judiciales, los tribunales ordenaron la retención del dinero que corresponderían a pagos que la Empresa Nacional de Minería (Enami) debía cancelar a la mencionada empresa.
Con esta determinación, la jueza de la ciudad de Copiapó, Mirta Lagos, accedió a la medida preventiva presentada por el abogado Edgardo Reinoso Lundstedt que representa a 26 familias que se encuentran afectadas por el accidente de la empresa minera.
La medida rige, inicialmente, por un plazo de 30 días a la espera de que los solicitantes presenten individualmente las demandas judiciales respectivas.
En esta misma línea, este jueves se presentó la primera querella en contra de los dueños de la mina San Esteban, Alejandro Bohn y Marcelo Kemeny, y los responsables del estatal Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin).
Por ello, el fiscal regional de Atacama, Héctor Mella, interrogó hoy por más de diez horas a Bohn y Kemeny, diligencia que se reanudará este viernes.
Según fuentes judiciales, después de los interrogatorios es posible que el Ministerio Público solicite procesarlos, al menos, por las lesiones graves que sufrió el trabajador Gino Cortés, que padeció la amputación de una de sus piernas, en un accidente de la mina San José, anterior al derrumbe del pasado 5 de agosto.
Por su parte, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, afirmó este jueves que los 33 obreros aún no han sido informados de lo prolongado que será el rescate. Al menos cien días demoraran los trabajos, según los expertos.
Mañalich reconoció su preocupación por la reacción de los 33 mineros atrapados, ya que después del golpe emocional del pasado domingo, al ser localizados, ahora les podría venir un periodo de "fuerte bajón anímico" por la falta de contacto normal con sus familias.
"Ellos sólo saben que serán rescatados después del 18 de septiembre, fecha del bicentenario y de fiestas patrias", precisó el ministro.
Advirtió que por tal motivo los obreros tienen que ser preparados para recibir esta noticia y que por ello en la superficie ya trabajan psicólogos y psiquiatras que se encargarán de los trabajadores que puedan sufrir alguna depresión o angustia incontrolable.
De todos modos, el Gobierno espera enviarle aparatos minúsculos de televisión, conectados a fibra óptica, por los que se pasarían sólo películas elegidas por médicos y posteriormente se enviarían imágenes de sus familiares, "dependiendo de su reacción".