Las licencias urbanísticas son una fuente de riqueza que debe ser aprovechada por la ciudad para su reactivación económica y facilitar las obras en las mejoras que oferta empleo. La burocracia ha sido el gran tapón con el que se han encontrado cientos de portuenses que se han acercado a Urbanismo para tratar de conseguir una simple licencia.
La contratación por parte del Ayuntamiento de un arquitecto que agilice los trámites y facilite a la ciudadanía los pasos a seguir, no es más que un servicio necesario y de escrupuloso cumplimiento. La falta de un PGOU ha dificultado la normalización urbanística que ha estancado décadas a una ciudad que necesita revertir y volver a la senda para tomar un impulso.
Una de las demandas históricas es la del desarrollo completo y la transformación del entorno de las dos márgenes del río Guadalete, un proyecto que avanzara el propio alcalde a los micrófonos de Ondaluz semanas atrás.
La dinamización del centro con el impulso del Plan Especial de Protección del Casco Histórico; el desarrollo industrial con la intervención en los polígonos industriales, sobre todo con la mejora del de San José y con la potenciación del polígono Tecnobahía; la actuación integral en la línea de costa con el mantenimiento del paisaje y la apertura de nuevos caminos de generación de riqueza; y el impulso de la incorporación a la ciudad de las ARGs. Medidas que deben ir de la mano con un Área tan importante como crucial.