El propietario del chiringuito 'La Calita' de El Puerto de Santa María (Cádiz), Pedro García, establecimiento sobre el que pesa una sentencia de desalojo, espera que la reunión solicitada esta misma semana por carta con el nuevo presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBA), José Luis Blanco, pueda celebrarse "pronto" para poder plantearle las alternativas que baraja para dar una salida "razonable" al negocio.
El coordinador local de IU, Antonio Fernández, que mantiene "contacto directo" con García sobre este asunto para tratar de dar una solución al establecimiento, ha recordado la reunión que mantuvieron hace unos días en Sevilla con el director gerente de la Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA), Miguel Ángel Paneque, de donde salió el compromiso de que desde la Administración andaluza se iba a intentar buscar "una salida razonable" que permitiese el mantenimiento de un negocio que es "referente en El Puerto" y que supone el sustento para cinco familias.
A la vista de que el desahucio es "imparable" y que administrativamente "no tiene marcha atrás", ya que la sentencia es firme, el propietario del chiringuito cuenta con varias alternativas posibles para el negocio que quiere plantear a la APBA. La principal, es que desde la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz o desde Puerto Sherry, como concesionaria de los terrenos, se busque una ubicación alternativa a 'La Calita', que permita que el negocio siga adelante "en las mismas condiciones".
Al local, situado junto al mar en la playa del Aculadero, en un terreno elevado a la entrada de Puerto Sherry, de cuya gestión se encarga la empresa Marina del Puerto, le pesa una sentencia de desahucio que tendría que haberse hecho efectiva a mediados del pasado mes de enero, pero García se "negó" a entregar las llaves del establecimiento cuando llegaron los representantes de la Autoridad Portuaria al enclave, apoyado por numerosos vecinos, clientes y representantes políticos de diferentes fuerzas.
La Autoridad Portuaria sostiene que el negocio ocupa parte del dominio público marítimo, aunque el empresario insiste en que cuando se trasladó a esta zona, tras haber dirigido antes otro chiringuito en la playa de La Calita, con todos los permisos "en regla", el propio organismo portuario aprobó su nueva ubicación. En este lugar se mantuvo durante la quiebra de Puerto Sherry hasta que en 2008, con la llegada de Marina del Puerto, se abrió el proceso para su desalojo.