Ya hace tiempo estuve en un festival como homenaje a Antonio Herrera Abrio, ‘La Moni de Huelva’. Fui testigo del latido artístico de Huelva en su máxima expresión. Personas mayores fuertemente emocionadas y la ejemplar actuación del mago onubense Juan García Hidalgo, ‘Juan Garday y su muñeco Curro’.
Conocía a Juan Garday y a su muñeco Curro desde niño, cuando el bueno del mago Garday compartía este trabajo artístico con el de funcionario del Ayuntamiento de Huelva, teniendo como compañero, entre otros, a mi padre Francisco Mojarro. En la ya desaparecida Casa Curro, calle adyacente al Consistorio, antes de entrar a trabajar, se daban cita cuatro o cinco compañeros funcionarios, entre los que como he apuntado, no faltaba Garday. Allí tomaban café, copa y algún que otro puro; por consiguiente en el desayuno, antes de entrar a trabajar, solía haber una pequeña tertulia entre los compañeros, donde Juan Garday casi siempre llevaba la voz cantante, por aquello de que contaba sus anécdotas como ventrículo de Huelva de sus actuaciones por toda España. Así pues, Juan Garday alternaba su actividad profesional con esta otra identidad artística suya como ventrículo.
Aquella noche del homenaje a ‘La Moni de Huelva’, Juan Garday, con su bien estudiada actuación, entre la chanza y la chispa de humor se hizo sentir terriblemente joven, y me llenaron de gozo y de alegría las risas que compartía el público, y sobre todo, los aplausos que toda Huelva le dedicó, por el gran cariño que le tuve a esta persona en vida, porque su humor tan cercano a mi familia me fue haciendo crecer de una manera muy distinta. Juan Garday se sumó y con creces al homenaje de otro hijo de Huelva, a pesar de su ya avanzada edad, en el homenaje a ‘La Moni de Huelva’, que acaparó los sentires más hondos de los onubenses desde todos los frentes.
Juan Garday con su edad, pero con un bagaje profesional muy amplio -fue fundador de la escuela de magos onubenses-, hizo pequeño el escenario en esta actuación y así lo vimos todo el público asistente. Son cosas pequeñas sucedidas en nuestra Huelva desde los ángulos populares y artísticos, pero que agrandan la sabiduría ignorada de muchas de nuestras gentes.
Gracias, Juan García Hidalgo, calañés donde los haya, artista autodidacta y mejor persona, por el rato tan bueno que nos hiciste pasar, que a decir verdad, nos supo a poco porque se nos fue el tiempo volando. Vayan estás líneas en tu mejor memoria a la que se unen muchos onubenses que te trataron y conocieron.
