Iba a escribir estas líneas un poco en broma para quitarme de encima la presión de la pandemia que está azotando el manicomio, pero he decidido tomarme las cosas en serio y darle al caso la solemnidad que requiere. De ahí que cuando he escuchado eso de que España va a crear una Nasa, mi cara se ha vuelto recia y sin ganas de guasa. Lo digo, porque he podido observar que mis amigos llevan horas riéndose desde que salió la noticia y no hay quien les haga ver que las carcajadas pueden dañar su sistema nervioso tanto o más que la locura.
Y yo me he quedado bastante sorprendido. ¿Es posible que haya gente que no tenga fe en las enormes posibilidades de este país? ¿Por qué los españoles nos tiramos tierra encima, en vez de confiar en nuestros magníficos gobernantes? ¿Por qué se nos quiere negar a los españoles la posibilidad de ir a la Luna, a Marte o a cualquier planeta del sistema solar y de fuera del sistema? ¿Quién duda de la capacidad de este gobierno para llevarnos incluso fuera de la Vía Láctea, que es la leche según su propio nombre indica? Si es capaz de repartir indultos como el que reparte caramelos, ¿no va a ser capaz de llevar un simple cohete a donde haga falta?
Tenemos todo lo que hay que tener para esa gran empresa espacial: políticos tirados para adelante, algunos incluso dispuestos a tirarse por un barranco, dinero de sobra aunque sea prestado, talleres a manojitos que todavía no han cerrado, agallas para prometer lo que sea…, y lo que es más importante: un astronauta dispuesto a vender la moto, digo el cohete. Su apellido, Duque, y su segundo, también Duque, pertenecientes a la alta aristocracia, invitan doblemente a subirnos de golpe en el primer cacharro que salga con la bandera española. Hay que ser optimistas.
Yo no sé ustedes, pero yo me veo ya en el espacio. Estoy asistiendo al nacimiento de ese pedazo de Nasa española. Ha sido Iván Redondo, el que dice que se va a tirar por un barranco, el que ha anunciado la cosa en nombre del gobierno. También pudiera ser que Iván hubiera entendido mal, y que el gobierno le haya dicho que va a crear una nueva tasa, no una Nasa.
Los locos estamos seguros de que la base de lanzamiento de nuestra Nasa estará ubicada en Cádiz, que es donde más gusta el cachondeo. No creo que la pongan en Burgos, por ejemplo. El problema es que dicen en la Tacita, que si el gobierno no es capaz de que el Ave llegue a Cádiz, ¿cómo va a llevarnos al espacio supergaláctico? ¿Será que Pedro Sánchez quiere a medio plazo gobernar la galaxia así sin anestesia? Parece que la oposición está de acuerdo con el invento, siempre y cuando sea Pedro Sánchez el que, acompañado por la totalidad de su gobierno, se monte en el primer cohete que salga rumbo al infinito. Por otra parte, tanto los americanos, como los rusos y los chinos se han quedado con la boca abierta, cuando España ha dicho lo de la Nasa. No se lo quieren creer. Tampoco los locos nos lo creíamos en un primer momento, aunque después, pensándolo bien, lo vemos hasta normal, porque está claro que a los cuerdos se les puede ir la cabeza de vez en cuando.
En fin, se abren nuevos tiempos. Hoy nos han lanzado lo de la Nasa, y esperemos que no sea con la intención de meternos a los locos en el cohete y quitarnos de en medio. Y el manicomio con plazas libres.
