Anticipo anunciado

Publicado: 10/10/2018
Autor

Miguel Andréu

Miguel Andréu es comunicador y escritor. Actualmente, director de Andréu Comunicación

El Jueves

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Tal como se preveía, la presidenta Díaz ha convocado elecciones anticipadas, después que se rompiera el pacto que ha mantenido con la formación naranja...
Tal como se preveía, la presidenta Díaz ha convocado elecciones anticipadas, después que se rompiera el pacto que ha mantenido con la formación naranja de Albert Rivera. La gobernabilidad en nuestra Comunidad Autónoma quedaba en entredicho tras la escenificación de esta ruptura que iba a desembocar en la no aprobación de los presupuestos del próximo año.

Dos son los factores que han llevado a que este adelanto electoral no suponga una sorpresa. De un lado, el gobierno de Susana Díaz está más que amortizado, por no decir quemado, dado el patético escenario de los escándalos y la corrupción: el juicio de los ERE, el mayor escándalo de corrupción de la democracia española, que ha sentado en el banquillo a 22 exaltos cargos del Gobierno andaluz y los pagos con la tarjeta black del jefe de la Faffe, usada en quince veces en apenas unas horas para pagar trece juergas por importe de 32.000 euros, lo que constituye una repugnante forma de despilfarro. Este caldo de cultivo está pasando una importante factura que el Partido Popular no deja de aprovechar. De otro lado, el natural distanciamiento que quieren los socialistas andaluces de las más que previsibles elecciones generales, para no verse influenciados en esta ocasión por el descrédito del gobierno de Pedro Sánchez.

Las elecciones de Andalucía serán un laboratorio para experimentar las alianzas entre las formaciones políticas. La moción de censura que llevó a Sánchez a la Moncloa hizo importantes mellas entre los socialistas y Ciudadanos. Habrá que valorar, a tenor de los resultados de los comicios andaluces, cuál es el grado de compatibilidad entre las dos formaciones. Las urnas también medirán al nuevo PP de Pablo Casado. En caso de que populares y naranjas consigan unos resultados razonables, podrían estar en condiciones de acabar con los años de gobierno y las más de cuatro décadas del PSOE en Andalucía y su régimen de clientelismo.

A pesar de tener las encuestas a favor, la marca PSOE no pasa por su mejor momento: el horizonte no es nada favorable, incluso hay quienes le ponen fecha de caducidad. La oposición de derecha está dividida y Podemos mantiene una postura tibia como socios del PSOE. Susana Díaz no juega en un escenario fácil. Es muy posible que albergue la posibilidad de una nueva y repetida alianza con Ciudadanos que le permita gobernar no sin cierta dificultad para determinados asuntos, todo ello a pesar de la ruptura escenificada y pactada tácitamente.

Si no hay nuevas amistades en el camino tendremos, otra vez, más de lo mismo.

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