Los carnavales son el principio y el final del año, el que marca. Mes tras mes y siempre tiene a febrero como punto de partida de todo. Apología pura de gaditanismo al tirar por tierra todos los tópicos que atacan al gaditano, al que reconoce que se lave la boca “para hablar de su gente”.
Levanta al Falla a las tres de la mañana. En la segunda letra le cantan a la droga, el amor clandestino, el que le arruinó la vida. Subiela y su grupo sellan un pase que deleitó por su fuerza y por intenciones de dar lo mejor de sí.