El Selu volvió a recuperar la frescura e hizo gala de reírse de sí mismo y dejar al lado el lapsus de Cuartos
El Selu volvió a recuperar la frescura e hizo gala de reírse de sí mismo y dejar al lado el lapsus de Cuartos. Esta vez no hubo “mascamiento” de letras. Juan fue objeto otra vez del aguante y de la paciencia más universal. El cielo lo tiene ganado.
El gusto por las mujeres encuentra el amor, ahora sí, de su mujer. La Semana Santa “la quitaba”, pero hablando en “serio”, deseando que llegue ya ésta. El doble sentido, el dominio de las tablas poco o ningún otro grupo lo saben hacer mejor. Se gustan. Estilo irrepetible y se cuelan, salvo sorpresa, en la final.