Este sábado el Recreativo detiene la competición de liga en segunda B para dar paso a la Copa del Rey. El encuentro ante el Fuenlabrada, conjunto que nos ganó la primera ronda de playoff por el ascenso hace unos meses, puede verse como un simple trámite o algo serio. Y yo, personalmente, apostaría por lo segundo. El Recre ha terminado la primera vuelta a once puntos del cuarto puesto, el equipo ofrece cada vez más dudas tanto a nivel individual como táctico, sin verse una evolución que nos permita ser optimistas para la segunda vuelta del calendario y deseando que cuanto antes se confirme la permanencia matemática para volver a plantear el próximo ejercicio (en lo deportivo y en lo económico, que tiene pinta de volver a ser vital la próxima temporada o incluso a finales de ésta). Es decir, salvo una segunda vuelta como la del año pasado, algo que es improbable (pero no imposible) o una hecatombe deportiva que nos lleve a sufrir más de lo esperado, el Decano debería estar en “tierra de nadie” lo que queda de temporada. Y no hay entonces más motivos que ese para dar todo lo posible en la Copa del Rey. Primero porque las eliminatorias son a vida o muerte, lo que siempre ajusta las posibilidades de tener una buena noche. Segundo porque no sé qué intención tendrá el Fuenlabrada con esta competición, pero posiblemente esté aspirando a cotas más serias en su liga regular. Y tercero, porque eso que os comentaba de la economía, que tan importante es para nuestro club, puede sufrir unos aumentos considerables si consiguiéramos pasar de ronda. Las probabilidades de que nos toque un equipo Champions o un gran equipo de Primera son muy altas, y eso sería un objetivo deseable para las arcas albiazules.
La Copa es “otra cosa”. No hay problemas de rachas, si se pierde pues tampoco es un drama, pero si se gana es muy importante. No hay que jugar como siempre, se puede ser algo más atrevido, o quizás todo lo contrario para jugar con el resultado a noventa minutos. Lo cierto es que a parte de lo meramente competitivo me gustaría comprobar cómo Alberto Monteagudo y esta plantilla afrontan la situación: si será una oportunidad para los menos habituales, si tácticamente seguiremos a lo mismo, si habrá un sobreesfuerzo personal por parte de los jugadores o al contrario todas las partes serían indolentes. Lo cierto es que, aunque sea lógico que hay que pagar algo simbólico (5€ por socio), se debe ofrecer la mejor versión para los abonados que decidan acudir a esta cita y que vean recompensado su esfuerzo. Y que disfruten un poco, que de eso va el espectáculo deportivo.
