El británico Sir Bradley Wiggins sacó a relucir todo su potencial para destronar al alemán Tony Martin en la contrarreloj del Mundial de Ponferrada disputada a través de 47,1 kilómetros, donde el holandés Tom Dumoulin se adjudicó el bronce y el español Jonathan Castroviejo el décimo puesto.
No hubo cuarto oro consecutivo para el "Tanque" Tony Martin. Lo evitó Wiggins con su mejor versión, con aquella que le permitió gobernar en el Tour 2012 y proclamarse campeón olímpico ese mismo año en Londres. Dos veces por debajo del alemán en el podio mundialista, esta vez cambió el orden.
"Wiggo", de 34 años, casi desaparecido de las grandes vueltas desde su éxito en Francia, ganó el duelo previsto. Fue de menos a más, y fue implacable ante su rival, a quien aventajó en 26 segundos en la meta de Ponferrada.
El ciclista del Sky, a lomos de una bicicleta adornada con los colores británicos marcó en meta un tiempo de 56.25 minutos, a una media de 50,1 kms/hora, en un recorrido exigente con dos subidas al final, que es donde marcó las diferencias definitivas.
Martin poco pudo hacer para evitar el primer titulo mundial de Wiggins, en una especialidad que llevaba dominando el de Cottbus desde 2011. El alemán se puso en cabeza en el kilómetro 12, por solo 2 segundos, pero a partir de ahí fue cediendo poco a poco ante el empuje de Wigggins.
Esos dos segundos ya se decantaron a favor del inglés en el kilómetro 23, y en el 35 ya subía a 9. Quedaba el terreno menos favorable para el "Tanque", y el más propicio para un cohete que iba imparable hacia meta.
Cuando cruzó la meta, Wiggins superó en 41 segundos al holandés Dumoulin, un debutante de 24 años, campeón de su país y con resultados que le abren el futuro. Se subió al podio a por el bronce junto a dos auténticos monstruos del ciclismo mundial, lo que justificaba su sonrisa en la capital del Bierzo.
Los españoles cumplieron con el papel previsto. Jonathan Castroviejo se clasificó décimo a 1.44 minutos del ganador, mientras que Markel Irízar ocupó la plaza 34 a 3.39 minutos.
Ponferrada fue el escenario de la caída de Martin a manos de Wiggins, quien engrandece su leyenda con un maillot arcoiris que puede unir a 2 títulos olímpicos y 3 mundiales en pista, 2 Dauphinés, 1 París Niza y 1 Tour de Romandía, además, por supuesto, del Tour de Francia.
Wiggins terminó exhausto, tendido en el suelo, con su media barba, delgado, visiblemente en forma. Cuando se levantó se fue el podio a por su medalla de oro, a escuchar el himno de su país. Había logrado otro hito histórico. Nada menos que ponerse la corona que llevaba tres años en la cabeza de Tony Martin.