El profesor de Historia Medieval de la Universidad CEU San Pablo de Sevilla y experto en Fernando III 'El Santo', Gonzalo Altozano, ha afirmado este jueves en Córdoba que cuando este rey castellano conquistó la ciudad de Córdoba el 29 de junio de 1236, lo hizo actuando "como un cruzado", y además marcó un hito clave en la historia de España cuando años antes, en 1224, decidió iniciar la ofensiva contra los almohades.
De hecho, "hubo un antes y un después de Fernando III", siendo esa la principal conclusión a la que ha llegado en la conferencia que, organizada por Milenio, ha ofrecido en el Obispado de Córdoba este experto, bajo el título de 'Fernando III, rey y santo'.
Según ha señalado el profesor, "hubo dos momentos clave en la historia de la España medieval, uno fue la batalla de Las Navas de Tolosa, donde nos jugamos el ser o no ser, el futuro, y el otro fue la decisión de Fernando III de iniciar la ofensiva contra los almohades en 1224", lo que, a su juicio, evidencia la importancia de este monarca en la historia de España y ha añadido que, "de no haber tomado" esa decisión, "es probable que el imperio almohade hubiese aguantado más".
La caída de Córdoba, en 1236, es un claro ejemplo, a juicio de Gonzalo Altozano, de que "estamos ante un rey que, sin duda, sabía dirigir militarmente un ejército. Pero es que además era alguien con un valor físico y una capacidad para la acción fuera de lo normal, incluso en la Edad Media, cuando era habitual que los reyes pelearan en primera línea". Por otro lado, basta ver su ejecutoria, ya que fue un rey que no conoció la derrota.
En lo referente a la toma de Córdoba, el profesor ha recordado que este rey "plantó el pendón de Castilla y una cruz en el minarete de la mezquita tras conseguir conquistar la ciudad y, a continuación, se celebró una ceremonia donde los cuatro obispos principales presentes purificaron, exorcizaron y consagraron la mezquita".
Finalmente, el rey ordenó devolver las campanas a Santiago de Compostela, de donde Almanzor las llevó a Córdoba cargadas por esclavos cristianos, tras destruir la ciudad gallega, argumentando Altozano que "estamos en 1236", de modo que, "si el espíritu que siglos atrás había animado la reconquista era un espíritu de recuperación de la España visigoda, ahora es un espíritu de cruzada", es decir, que "Fernando III piensa y actúa como un cruzado. No hay el menor debate".
En lo referente a su canonización, el ponente ha considerado que "no se le conocen esas obras de piedad y de devoción extraordinarias que sí se le conocían a San Luis de Francia", y que el morca español "habría cumplido hasta el último requisito del más exigente de los abogados del diablo", lejos de quienes han querido desvirtuar sus obras y méritos.
En definitiva, el experto en Fernando III ha resaltado que este rey "fue un hombre extraordinario", pues, "como consideró Rodríguez de la Peña, la gente humilde, entonces y hoy, lo que quiere es paz, orden, que se haga justicia y que los poderosos no cometan abusos, y Fernando III logró todo eso".