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“Mañana me ducho...”

La higiene personal no sólo es sinónimo de limpieza, sino también de salud. La falta de la misma no pasa desapercibida

Publicado: 10/12/2019 ·
11:34
· Actualizado: 10/12/2019 · 11:34
Autor

Mayte González Gallegos

Escritora por devoción y restauradora de muebles, columnista en el periódico Viva Huelva

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Blog personal con alma y corazón dedicado a hombres y mujeres sobre moda, belleza y todo lo que esté al alcance de mi bolígrafo

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Damos por hecho que todo el mundo lleva una correcta higiene, pero cuántas veces has saludado a alguien y olía a sudor, su aliento desagradable... El hábito del baño diario se aprende desde pequeño, aunque también depende del país. En todos los lugares no disponen del agua necesaria, sólo cuentan con el agua de la lluvia.

Las mujeres suelen ser más aseadas que los hombres, les viene preconcebido por la cultura. Esta actitud de no asearse puede estar expresada por un desequilibrio mental, abuso de alcohol, vagancia e inmadurez, por ello en la adolescencia hay que incidir mucho. Son personas que no se bañan ni cambian de ropa, ni siquiera la interior, diariamente, llegando al extremo de colgar la ropa y echarle desodorante o colonia, en lugar de ir directamente al cesto de la ropa sucia.

La higiene personal no sólo es sinónimo de limpieza, sino también de salud. La falta de la misma no pasa desapercibida, el olor y una apariencia descuidada o incluso cuidada pero sin aseo puede transmitir gérmenes a los que le rodean.

La ducha diaria con agua y jabón hace que desaparezca el sudor, restos de descamación y la suciedad del exterior, incidiendo en cada zona del cuerpo de modo individual. El cabello al menos dos veces a la semana con un champú adecuado, no compartir peine o cepillo y mantenerlo limpio. La higiene no sólo termina en la ducha (lavarse las manos antes de cada comida, cepillarse los dientes después de la comida, etc.) 

Hay casos que durante el noviazgo se cuidan, presentan buena imagen y olor, y al contraer matrimonio se relajan llegando al extremo de no cepillarse los dientes, utilizan sólo colutorio -obviamente su aliento es nauseabundo-; dejan lleno de orina y salpicado el wc, apestando a baño público; la costumbre de morderse las uñas y escupirlas, el dedo en la nariz, no se bañan asiduamente y si utilizan desodorante o colonia, la unión de los olores es un cóctel molotov; los pies, de no cambiar los calcetines, horrible, etc. Sea hombre o mujer, todo esto conlleva a un conflicto, convirtiéndose el cónyuge en su progenitor para evitar estos hábitos de la pareja. Afecta a la intimidad porque se rehúye tener cualquier tipo de contacto ante todos estos signos insalubres de forma de vida.

Nunca hay que caer en esto, por ello educar desde niños es muy importante para adquirir hábitos de higiene, porque no sólo es el rechazo que provoca en los demás, sino también gérmenes, bacterias e infecciones, ya seas hombre o mujer.

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