A sus 90 años ha fallecido el rey de la lencería, como era conocido Andrés Sardá. En su etapa inicial diseñaba y confeccionaba mantillas, un accesorio tradicional español. Una de sus clientas fue Jackie Kennedy, luciendo en 1966 para una corrida de toros de la feria de Sevilla un modelo blanco. Por ello la blonda, el encaje, el chantilly o el tul siempre han estado como tejidos integrados en el patrón de su lencería.

Sardá creía en el empoderamiento femenino y con estos tejidos creó una definición antónima de la tradición de ropa interior femenina, rompiendo con ella porque su fórmula aunaba diseño y comodidad y la tradición en prácticas ortopédicas. Sardá siempre apostó por la marca España y elevar la moda española a lo más alto dentro y fuera de nuestras fronteras.

Era un visionario. Fue el primero en utilizar la licra en la lencería y también en subir la misma y el baño a una pasarela. En el año 2000 se unió a la entonces pasarela Cibeles resaltando y consiguiendo así qué la lencería fuera moda también. A finales de los 80 se suma a la empresa su hija Nuria.

Desde sus comienzos quiso que su marca tuviera conexiones con el mundo del arte, realizando colaboraciones con casas como Roche Bobois. Artistas de talla internacional y dentro de nuestro país, como es el caso de las chicas Almodóvar, han lucido sus prendas y han apoyado al diseñador, llegando incluso a desfilar, como es el caso de Rossy de Palma.

A lo largo de su carrera su empresa recibió grandes premios, como en 2015 el Premio Nacional de la Moda. Estos premios demuestran el gran trabajo realizado, además de su reconocimiento. Tan importante es lucir bella por fuera como por dentro.