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Campo de Gibraltar

La campaña del corcho genera unos 3.500 quintales castellanos

Este año el equipo de descorche ha estado compuesto por 15 profesionales, que incluyen hachas, recogedores y arrieros con sus correspondientes reatas de mulos

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  • Descorche.- -

El concejal de Medio Ambiente, José Antonio Gómez, ha visitado la finca municipal de Murta donde se desarrolla este año la actividad del descorche, que en esta época se lleva a cabo en el municipio

Gómez ha supervisado los trabajos con técnicos municipales y ha compartido unos minutos con la cuadrilla de trabajadores. Este año cuenta con una producción de unos 3.500 quintales castellanos. 

Este año el equipo de descorche ha estado compuesto por 15 profesionales, que incluyen hachas, recogedores y arrieros con sus correspondientes reatas de mulos. 

“Las labores se han desarrollado sobre unas 250 hectáreas de esta finca municipal, de las que se han dejado sin descorchar una superficie de alrededor del 40 % del total, a fin de ayudar a preservar la masa forestal”, apuntó el edil de Medio Ambiente. 

Tras la visita, Gómez ha mantenido un encuentro con los corcheros en la tradicional “comida de regatona” de las corchas en la Venta El Frenazo. “Es tradicional que tengamos un detalle desde el Ayuntamiento por la gran labor que han realizado, es un trabajo que no es fácil y sobre todo por las altas temperaturas en esta época del año”.

Este proceso de descorche comienza cuando el corchero extrae la corteza, que el recogedor carga sobre el mulo, conducido a su vez por los arrieros. 

Los pesadores recuentan y apilan las placas en el patio de corchas. El patio de corchas, situado junto a un carril forestal de la finca y donde se encuentra el peso, una estructura que asemeja a un trípode de más de dos metros de altura que sostiene a un rudimentario pero preciso peso: la romana”. 

Ese es el proceso artesanal y donde la dureza de esta labor se agrava al tener forzosamente que producirse en época estival, que es cuando el árbol únicamente permite quitarse la corteza, es periodo coincidente con la mayor actividad vital del alcornoque por causa de las temperaturas reinantes. 

La actividad continúa una vez caídos los trozos de corcho alrededor del árbol, entran en acción los recogedores o arrecogeores, los más sacrificados obreros de estas faenas.

Los recogedores apilan el corcho desperdigado y lo trasladan hasta el lugar al que llegarán los mulos procedentes del patio de corchas, situados al pie de carretera. 
    La labor más delicada en el descorche es la propia pela del árbol. Efectuada por los hachas o corcheros, propiamente dicho, buen trabajo depende luego la vida del alcornoque, la calidad de las panas o planchas y la cantidad de trozos y desperdicios que se generen.
    


 

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