El partido del Cádiz CF se juega este lunes y no visitando al Arroyo CP, sino Madrid, para conocer el rival en la fase de ascenso a Segunda División A.
Los cadistas disputaron un mal partido frente al Arroyo, pero no hay que poner ningún pero a un equipo de circunstancias que se medía a otro obligado a ganar para mantener la categoría, eso sí, según se dieran otros resultados, algo nada fácil.
De entrada, Claudio Barragán había dejado fuera de la lista a su bloque fuerte de futbolistas. Pensando ya en la fase de ascenso, se minimizaron los riesgos y la convocatoria se completó con jóvenes valores de la cantera cadista.
La normativa obliga a que en el terreno de juego siempre haya siete futbolistas del primer equipo. Por ello, salieron de inicio el portero Alonso, los defensores Arregi y Tomás, los centrocampistas Navarrete y Juanma Espinosa, y los atacantes Hugo, Kike Márquez y Migue García. Junto a ellos, los canteranos Manu, Pepe Castaño y Alberto, que no serían los únicos en debutar a lo largo del partido.
Esta alineación, unida a la ausencia de motivación amarilla y a la necesidad local, escribió el guión de un partido con claro dominio del Arroyo.
Sin apenas oportunidades de gol iban pasando los minutos de un partido sin historia y sin ritmo, sobre todo para un Cádiz CF que en los primeros 45 minutos ni disparó.
Tampoco contribuía al espectáculo el exagerado calor de la tarde, que parecía atenazar a ambos equipos.
La afición local, poca pero ruidosa, llevaba en volandas a los suyos mientras que el resto de resultados les eran favorables. Sin embargo, pese al claro triunfo del Arroyo, los ánimos fueron decayando conforme el resto de partidos iban dejando claro que sus resultados no acompañarían. Por eso el final del partido fue un funeral para el Arroyo CP, ganador frente a todo un Cádiz CF, pero descendido a Tercera División pese a sumar estos tres últimos puntos.
Rojas había personificado a la esperanza de salvación con un cabezazo rozando la media hora de partido. Una mala decisión en la salida del guardameta Ricky Alonso colaboró a que el equipo local abriera la lata.
Aún en la primera mitad, el empuje local se vería premiado con un segundo tanto, esta vez desde el punto de penalti. Armero retó con la mirada a Alonso, decidido a sobreponerse de su error anterior parando la pena máxima, pero el centrocampista local le ganó la partida y anotó el 2-0.
Y si los locales estaban pendientes de la radio para ver si conseguían el milagro de la salvación, los cadistas estaban más pendientes de Huesca que de su propio partido.
Sabiendo ya que tanto el Oviedo como el Nàstic eran campeones de sus grupos y, por tanto, posibles rivales del Cádiz, la incógnita estaba en conocer al campeón del Grupo II. Un Huesca en horas bajas no podía perder frente al Athletic Club B, que si sumaba los tres puntos en feudo oscense sería primero. Pues bien, el encuentro empezó 1-0, pero a falta de cinco minutos marchaba 1-2.
Al final, el empate local mantuvo las cosas como estaban y el Huesca será el tercer posible rival de un Cádiz CF que, sin tensión ninguna, encajó el tercer tanto.
No es agradable recibir tres goles ofreciendo una imagen tan paupérrima como la que dejó el Cádiz CF en Arroyo, pero la inmediatez de la fase de ascenso hace que esta derrota pase casi de puntillas en una trayectoria perfecta.
El partido importante es el lunes y llega en forma de sorteo. Arroyo no era más que un último capítulo a la historia de la temporada, cargada de altibajos, pero con una gran recta final para confirmar el “título” varias con varias jornadas de anticipación.
A las 17.00, el cadismo estará pues pendiente del sorteo, en el que Oviedo, Nàstic o Huesca se emparejarán con los amarillos.