La empresa Petaca Chico, que gestiona la Almadraba en Barbate (Pesquerías de Almadraba, S.L.), se ha mostrado “totalmente a favor de erradicar las ilegalidades en torno al atún rojo de almadraba”. Así lo ha manifestado Diego Muñoz, coordinador de Atún Rojo Salvaje de Almadraba de la empresa tras la desarticulación de una red criminal por parte del Seprona de la Guardia Civil que ganó 25 millones de euros vendiendo atún rojo de manera ilegal.
Petaca Chico, que aparece como investigada en la operación de la Guardia Civil, “ha colaborado en todo momento en la investigación” aportando toda la documentación y facilitando la inspección del Seprona en sus instalaciones ubicadas en la localidad de Conil. De hecho, afirma Diego Muñoz, “los inspectores pasaron varias horas en las instalaciones, reanudándose con total normalidad la actividad de la empresa, al no detectarse ningún tipo de irregularidad”.
La empresa lamenta que “acciones ajenas a la empresa, por parte de un tercero, que utilizó irregularmente un iccat, haya provocado que nuestro buen nombre se haya visto implicado en esta investigación”, aunque muestra “su máximo apoyo y colaboración” en este asunto.
Petaca Chico afirma con rotundidad que “nuestros productos están sometidos a un riguroso control de trazabilidad y la procedencia de nuestro atún rojo salvaje directamente de la almadraba de Barbate, es un hecho que garantiza el buen hacer de la empresa”, declara el coordinador de Atún Rojo Salvaje de Almadraba de Petaca Chico.
“Somos los más interesados en que se erradique la comercialización ilegal de atún rojo y nos satisface que se lleven a cabo este tipo de operaciones, aunque en esta ocasión el nombre de Petaca Chico pueda haberse dañado”, explica Diego Muñoz, quien está convencido de que “nuestro prestigio, ganado con esfuerzo, trabajo, siempre dentro de la legalidad, saldrá reforzado”.
“Petaca Chico es empresa, es empleo, es tradición, es producto, es garantía, es calidad… es el atún rojo salvaje de almadraba de Barbate, y esta es nuestra mayor defensa”, concluye Muñoz.