Bienvenido a Arcos y es un placer contar con un guardameta histórico del Real Madrid…
Para mí es un placer y un orgullo, pero teñido de negro por la noticia del fallecimiento de José Antonio Reyes, pero estamos para seguir y más para mí, que sé lo que son las peñas. Ya desde los años 80, la peña del pueblo donde yo nací, Marín (Pontevedra), me pedía entradas para asistir a los partidos de la Copa de Europa. Entonces el Bernabéu tenía solo 35.000 asientos y lo mismo podías conseguir 10 o 15 localidades y 25 o 30 del tercer anfiteatro. Al final entraban 120.000 personas. A lo que me quiero referir es que a mí me llamaba la atención el esfuerzo tan grande de una gente que venía desde Galicia saliendo a las siete de la mañana, recoger las entradas en el hotel que les dejabas en un sobre, irse al Bernabéu a disfrutar del ambiente, acabar el partido y, ganaras o perdieras –normalmente ganábamos-, volver a hacerse los 600 km y pico de rigor para volver a su trabajo del día a día. Sinceramente, todo ese esfuerzo a mí me conmovió y cuando yo acababa la temporada me iba de vacaciones a Galicia o a Mallorca, me llamaban y me acercaba a las peñas. Te estoy hablando del año 80. A partir de ahora el Madrid me ha llamado para colaborar con ellos y estoy encantado, principalmente porque me permite conocer todo el ambiente futbolístico del Real Madrid en España, unos pueblos maravillosos, hacer kilómetros, que es lo que me gusta, y ponerme en contacto con los seguidores blancos.
Eso te obliga a vivir en Madrid...
–No, yo vivo en Madrid, pero como soy un pueblerino me gustan los pueblos. Me evado y el venir hoy a Arcos es un placer. Fue una pena que se me jorobara el coche porque quería ir a Ronda para ver un castillo precioso que divisé desde la carretera y que tengo apuntado para verlo en otro momento. Me encanta ver los girasoles de repente, ver los campos verdes y los cambios de color de la tierra. En definitiva, que España es una maravilla.
Pues Arcos de la Frontera es un pueblo que te va a encantar. Lo de representar al Madrid por España ¿es una nueva oportunidad que os da el club para seguir sintiéndoos merengues y embajadores del club de Concha Espina?
–No, para mí es una oportunidad de devolver un poco lo que nos fueron dando desde el club durante tanto tiempo. Yo entiendo que para ellos es un esfuerzo todo lo que hacen. Para nosotros, quieras o no, también lo es pues dejas a tu familia, te vienes y echas el fin de semana, pero tengo que decir en voz baja que mi mujer es del Atleti, con lo cual así también descansa un poco de mí (risas). A mí me produce una satisfacción enorme el poder estar en eventos de estas características. Me gusta más cuando los madridistas están felices porque ganan y en el fondo esto es sentimiento, o sea, cuando están con un equipo es porque se sienten de ese equipo para lo bueno y lo malo, pero no nos engañemos, el Madrid normalmente te lleva a las altas esferas buenas. Cuando, como este año, solo ganas la Copa del Mundo, para lo que tienes que ganar obligatoriamente la Champions si quieres disputarla, no nos vale. Así somos los madridistas.
La filosofía del madridista, aprendida desde pequeño, la del honor, la de pelear por cada balón como si fuera el último, ¿sigue imperando en el club o se está desvaneciendo en los últimos tiempos?
–Está cambiando todo. Si te das cuenta, en el fútbol ha habido una gran apuesta por jugadores más jóvenes de la cantera, pero el Madrid es un club de poca paciencia porque su historia se lo exige: sí o sí tienes que ganar o intentar ganar. Quizá se esperaba algo más de jugadores que este año han pasado desapercibidos. Después de la marcha de Cristiano Ronaldo quedó un hueco que fue difícil de cubrir porque el fútbol hoy en día es diferente: hay capitales árabes, rusos, chinos, americanos y ganar cada vez es más complicado. La esencia del Madrid es la que no se debe perder, pero los tiempos van cambiando.
El aficionado del Madrid está acostumbrado a ganar, de ahí que esta temporada ande algo desorientado debido a tantos reveses.
La gente del Madrid es maravillosa. Sé que sus seguidores están acostumbrados a ganar, pero yo creo que la vida nos da a veces segundas oportunidades y hay que tener la plena confianza de que siempre, con sus jugadores, vuelva a los valores que nos han llevado a nosotros a estar más de diez años en el club siendo capitán del equipo, como es mi caso, y que son los de la honradez, la valentía, el orgullo de sentirse madridista y, sobre todo, la humildad y el respeto hacia todo el mundo. A partir de ahí, sé que los seguidores arcenses van en esa línea y volveremos otra vez por la senda de los éxitos que todos queremos, pero también debemos ser conscientes de que todo lo que hemos ganado tenemos que disfrutarlo porque para eso somos el mejor equipo de Europa y del mundo. Y no es que seamos nosotros el equipo, sois vosotros porque el alma del Madrid y lo único que no se puede comprar en este momento son toda la gente y todos los socios y peñistas que hay repartidos por todo el mundo y que llevan el Madrid por bandera tanto en los buenos momentos como en los malos. Los malos nos joroban a todos y los buenos los disfrutamos con locura, pero siempre con respeto, por eso el aplauso debe ser para vosotros.
Como no puede haber actividad en la vida que no venga acompañada por alguna anécdota, Agustín sufrió una avería en el motor de su viejo coche, que le dejó tirado a 100 km de Arcos, por lo que se sentía bastante decepcionado. Cosas que pasan.