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En román paladino

La casa dividida

La alarma es por el gobierno nacido de la voluntad de los españoles

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  • El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez -

Al hilo de los indultos se abre la reflexión que falta, hasta el momento, en el parlamento. Se ha planteado sólo la posibilidad y ya hay manifestación convocada, como si el país estuviera en peligro.  Alguna política, conocida por su rencor hacia el gobierno,  se ha convertido en el equivalente del alcalde de Móstoles: “Somos españoles y es necesario que muramos por el Rey y por la Patria…”. En este caso,  la  alarma es por el  gobierno nacido de la  voluntad de los españoles depositada en voto libre,  igual y secreto y -poniéndose por encima de la soberanía nacional, representada en las Cortes- expresa “la grave preocupación que nos inspira la composición del actual gobierno”, en una expresión que clama contra la legitimidad del gobierno. 

El discurso de “La casa dividida” del presidente Abraham Lincoln lo pronunció en en 1858 -aún no era presidente- y ya el drama de la división americana entre los Estados del norte y del sur era palpable. El planteamiento de la secesión  estaba sobre la mesa.   Lincoln se convirtió en la bestia negra de los esclavistas. Tenía claro que había que proteger la Unión, a la que consideraba anterior a la  propia  Constitución. Lo dejó claro en su  primer discurso inaugural: “La Unión es perpetua”. La Constitución se hizo para ”formar una Unión más perfecta”.

España existe desde hace mucho, pero nadie ignora sus  singularidades  porque se construyó con  la incorporación sucesiva de reinos  en un solo Estado. Confederal con los Austrias, centralista con los Borbones,  con la Constitución del 78, autonómico para dar encaje a las particularidades. Con tiras y aflojas, de los que Andalucía fue  principal  protagonista,  ha funcionado hasta que estalló el conflicto catalán tras el rechazo  del Constitucional  del Estatuto, refrendado por las Cortes y el pueblo catalán. La recogida de firmas, que ahora se reitera, los dos referéndum  ilegales,  la declaración de independencia, el proceso, la cárcel  y como consecuencia  la más que  preocupante desafección hacia  España de la mitad de la población catalana es el panorama que se encuentra el actual gobierno. 

En “La casa dividida” Lincoln expresó su sueño: “Una casa dividida contra sí misma no se mantiene en pie….No espero que la Unión se disuelva - no espero que la casa se caiga- sino que espero que deje de estar dividida”. Esta última es  la finalidad del gobierno con su propuesta.

 

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