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Martes 16/04/2024  

Libro del corazón

El corazón del Centro Obrero

España ha sabido reconocer la importante actividad docente altruista del Centro Obrero concediéndole significativas distinciones.

Publicado: 26/11/2020 ·
14:38
· Actualizado: 30/11/2020 · 22:29
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  • Juan Coello.
Autor

José Manuel Revuelta Soba

Catedrático de Cirugía y Profesor Emérito de la Universidad de Cantabria. Ex-Jefe de Cirugía Cardiovacular del Hospital Valdecilla de Santander

Libro del corazón

Descubriendo el interior del corazón humano, órgano maravilloso, fuente de vida e investigación de calidad

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“La gota horada la piedra, no por su fuerza, sino por su constancia”

Ovidio (poeta)

 

El próximo miércoles, 9 de diciembre, cuando Juan Coello Cruz, presidente del Centro Obrero, cumpla sus fructuosos 80 años de vida activa, al mirar atrás, sentirá lógica satisfacción y alegría al contemplar su querida institución de la calle Rosario nº 8.

Puede que le venga a la memoria un documento que se firmó, en un local de La Isla, un lejano domingo -19 de octubre de 1884-, en una reunión nocturna de un Círculo de Obreros que, décadas más tarde, involucraría definitivamente a su familia. Esta histórica reunión, presidida por el obrero isleño Tomás González, acordó la creación del Centro Obrero de San Fernando, con la finalidad de “Contribuir al progreso moral y material de los obreros de la Ciudad, a fin de que estos sean ciudadanos dignos, útiles, inteligentes y laboriosos. Estableciéndose clases nocturnas, donde los socios y sus hijos se instruyan convenientemente en las asignaturas que tienen más directa aplicación en las artes, industrias y trabajos manuales”.

La denominada Sociedad Benéfica e Instructiva de Previsión Social “Centro Obrero de San Fernando” tomó la decisión estratégica de “Transformar nuestra Ciudad en una comunidad culta”, poniendo especial atención en los más desfavorecidos.

Algunos obreros, socios del Centro, trabajaron en el diseño y construcción del primer submarino torpedero, bajo la dirección del teniente de navío del Arsenal de la Carraca, Isaac Peral y Caballero, botado en 1888. El busto de Peral fue donado al Centro Obrero en agradecimiento por la importante colaboración en este singular proyecto.

El joven entusiasta Juan Coello Sánchez dibujó y preparó los planos de la planta alta del Centro, como había propuesto y aprobado en 1946, el almirante don Faustino Ruiz, Gobernador General de Guinea, siendo Director de Estudios del Centro Obrero.

El primer director -presidente- fue Juan Carbó y Urez, y le siguieron José Ignacio Cellier y Ortega, Ángel Gallego Jiménez, Faustino Ruiz González, José Fernández Cantalejo, Salvador Vázquez Durán, José Espín Peña, Antonio Campos Almendro, Juan Coello Sánchez y actualmente Juan Coello Cruz. Desde 1941, la familia Coello está íntimamente involucrada en el Centro Obrero. Entre los socios honorarios cabe destacar a Carlos Roca Suárez, Salvador García Muñoz, Quintín Dobarganes Merodio, Celestino Rey-Joly Velásquez, María Luisa Martín García, José Espejo Currá, María del Mar Arteaga Fernández, Joaquín Rodríguez Royo y Juan García Cubillana.

Como médico, quisiera destacar a insignes colegas que dieron asistencia médica gratuita a los socios del Centro Obrero y sus familiares, como el Dr. Servando Camúñez Echevarría -profesor de Física y Director de Estudios-, o los Dres. Juan Roldán y Ramos, José Ignacio Cellier y Ortega, Juan Sarriá García, Manuel Peces Casas, Antonio de la Cruz, Antonio Núñez Arroyo, Celestino Rey-Joly y Juan García Cubillana, todos ellos ejemplares desde el punto de vista profesional y humano.

El Centro Obrero ha contado con algunos profesores inolvidables como Alejandro Quevedo, Ildefonso Ramos, Pedro Duarte, Ricardo Gallardo, Manuel Rey, Germán Caos Altamirano, Francisco Gutiérrez Agabo, José Campos Aragón, Antonio Rodríguez Pérez, Germán Caos Roldán, Francisco Romero Naranjo, Mame Losada, Manuel Hernández Homedes, Mame Conde, entre otros, que siempre serán recordados con admiración y agradecimiento. Asimismo, tuvo destacados alumnos como José Enrique Varela Iglesias (general bilaureado), Salvador García Franco (astrónomo), Padre Franco (canónigo), Germán Caos (escritor), Ángel Torres Aleu (pintor), Juan García Cubillana (médico) o Pepe Oneto (periodista).

España ha sabido reconocer la importante actividad docente altruista del Centro Obrero concediéndole significativas distinciones, como Medalla de Oro de la Exposición Marítima Nacional (1887), Centro Exento de Impuestos por R.O. de S.M. el Rey (1913), Medalla de Plata al Mérito en el Trabajo (1951), Placa de Plata al Mérito Cultural del Ministerio de Cultura (1982), Premio a los Valores Ciudadanos, PSOE de San Fernando(2010); este último entregado por Alfonso Guerra, el 9 de diciembre del 2010, día que Juan Coello Cruz cumplía sus 70 años.

Juan Coello Sánchez fue nombrado Hijo Predilecto de la Ciudad de San Fernando el 29 de marzo de 1985.

Desde mi juventud, conozco a Juan y gozo de su entrañable amistad. En mis frecuentes viajes a La Isla, suelo pasar por el Centro Obrero para saludarle e interesarme por el devenir de la institución. El mayor de 4 hermanos, inició su formación en el colegio Nuestra Señora del Carmen -Colegio Pelele-, continuando sus estudios en la Salle y el Liceo. Fue un alumno muy aplicado, también en las clases nocturnas del Centro Obrero, donde su padre era el director y su madre profesora de taquigrafía, estenotipia y mecanografía -durante muchos años, ambos trabajaron de forma totalmente altruista-. Esta formación complementaria del Centro le sirvió a Juan, siendo aún muy joven, para conseguir un puesto de “calquista” en la Bazán. Con tan solo 16 años, trabajó de aprendiz de delineantes en la Constructora Naval y Matagorda. Pocos años más tarde, obtuvo la plaza de funcionario civil del Cuerpo Especial de Oficiales de Arsenales -Delineante Industrial- del Ministerio de Defensa. Tras su jornada laboral, impartió clases en el Centro Obrero de dibujo técnico, matemáticas y contabilidad; siendo Secretario de Clases, hasta el fallecimiento de su padre en el 2001, cuando asumió la presidencia del Centro. Persona inteligente, culta y amable que, a pesar de su innata discreción, deja traslucir “sus grandes pasiones”: la familia y el Centro Obrero.

En el Centro Obrero conoció a su novia Neva y se casaron en 1966. Tuvieron 4 hijos: Neva (experta en matemáticas y estadística que trabaja en Suiza), Juan Claudio (fisioterapeuta, reside en Malasia), Ignacio y José Miguel (ambos ingenieros que desarrollan su actividad en Cádiz y Málaga, respectivamente). Juan se siente muy orgulloso de su esposa, hijos y 12 nietos que le hacen una persona feliz.

Detallista, puntual y reservado, trata siempre de no hacerse notar; suele expresar sus afectos y muestras de amistad sin espavientos. Profundamente isleño, respetado y querido, fue designado Rey Mago en 2012, que le produjo una inmensa alegría. Se siente especialmente satisfecho de la organización de las “Semanas Culturales del Centro Obrero”, a las que invita conferenciantes de relieve.

Como alumno del Centro, fue un inmenso honor para mí su invitación para impartir la última Lección del Curso Académico de 2009, cuando se celebró el “125 Aniversario del Centro Obrero”, que titulé -El Centro Obrero de San Fernando: Formación del ciudadano, patrimonio de la Sociedad-. Tuve la oportunidad de trasmitir mi agradecimiento público a sus directores, socios benefactores, profesores, alumnos y, de manera especial, a la saga de la “Familia Coello”. Su protección, constancia, trabajo, altruismo y entusiasmo para mantenerlo funcionando y moderno, durante tantos años, han sido factores determinantes para su estabilidad, a pesar de las muchas dificultades económicas que ha debido sortear desde su creación.

Sin duda, la Familia Coello constituye el necesario motor incansable que asegura su supervivencia, “el corazón del Centro Obrero”. En el futuro, confiamos que surja otro miembro de la saga Coello dispuesto a tomar el relevo de la mano de su padre, como ya ocurrió con su abuelo.

Cuando, con merecido orgullo isleño, admiramos nuestro rico patrimonio histórico en las áreas de conocimiento de las Ciencias, Letras y Artes, bueno es tener en cuenta a este modesto Centro Obrero, que cumplió, de forma tan ejemplar, la palabra escrita en su documento fundacional por unos obreros de la Isla, en una reunión nocturna en su único día de descanso semanal, hace ahora 136 años: “Trasformar nuestra ciudad en una comunidad culta”.

Muchas felicidades, querido Juan.

 

José Manuel Revuelta

Alumno del Centro Obrero de San Fernando

Catedrático de Cirugía y Profesor Emérito de la Universidad de Cantabria

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