Dcoop, la primera gran cooperativa productora a nivel mundial de aceite de oliva, se enfrenta al posible abandono de varios de sus asociados del sector a causa de la nueva normativa de regimen interno que se implantará en las próximas semanas de cara a la nueva campaña aceitera. El problema radica en la diferenciación que la nueva normativa crearía entre aquellas empresas que entregan todo su aceite a la cooperativa y por tanto no envasa, y quienes entregan parte del aceite a Dcoop pero reservan parte para sus propias marcas.
Como publica El Confidencial, la consecuencia más inmediata de esta decisión pasaría porque parte de los asociados de la sección de aceite de la cooperativa con sede en Antequera decidiesen abandonar Dcoop, como ya ha sucedido con la ecijana Coesagro, y que podría suceder en breve en el caso de Picualia (Bailén, Jaén), que debate si, como exige la normativa, se entrega todo el aceite dejando de envasar. Una realidad que desde Dcoop han admitido.
Así, el objetivo de la cooperativa sería crear un núcleo conformado por sus socios más comprometidos dentro del sector del aceite, flexibilizando la normativa de compra a las empresas colaboradoras dejando de garantizar una compra mínima de producto. De este modo se las obligaría, en cierto modo, a barajar la posibilidad de dejar de envasar para garantizarse una mayor compra por parte del gigante cooperativo jiennense, sacrificando así sus marcas propias.
Nuevos actores en escena
Dcoop ha sumado, además, recientemente a su plantel de socios al potente grupo cordobés De Prado, que podrían suministrar hasta 10.000 toneladas de producción anual. También se suman socios abundantes de la zona del Bajo Guadalquivir. Sigue además en el horizonte de la cooperativa de Antonio Luque la intención de unir fuerzas con Jaencoop, aumentando así hasta en 70.000 toneladas más la producción de aceite, alcanzando la suma total de 300.000 toneladas de aceituna, lo cual supone casi un 23% de la producción en Andalucía en la próxima campaña.