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El Dedo

Señalar con el dedo

Hemos visto como un partido político, siendo consecuente con sus ideas, ha preferido abandonar el tripartito pasando a la banca contraria

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Es lamentable el estado en que se encuentran una gran mayoría de las calles de nuestro querido Puerto. Durante muchos años se ha estado y se sigue hablando de la Ruta de los Pueblos Blancos, de la Ruta de la Tapa, de la Ruta los Vinos de Jerez, de la Ruta del Vino Fino y, actualmente, tendríamos que hablar en El Puerto de la Ruta de la M, ya saben que no me refiero a esa M impronunciable que define el deambular de las razas caninas por las calles de la ciudad.

Podríamos alargarnos criticando la falta de sensibilidad de nuestros munícipes, pero no quiero remover la M porque ya saben que cuanto más se remueve más huele. Buscar culpables es fácil: solo tenemos que señalar con nuestro dedo índice a la primera autoridad.

Sin embargo, no nos engañemos, ya que la oposición también es culpable de los posibles desastres  que ocurren o pueden ocurrir en el término municipal. Hemos visto como un partido político, siendo consecuente con sus ideas, ha preferido abandonar el tripartito pasando a la banca contraria, algo que a mi parecer le honra.

Sin embargo ha llegado el momento de que, si realmente son buenos portuenses y quieren que prosperemos, ahora tienen una oportunidad de oro aliándose con otras fuerzas distintas de las que rigen los destinos de El Puerto.

Naturalmente para ello es necesario que olviden estas políticas revanchistas que no conducen más que a la ruina. En política se está para servir al pueblo, para buscar su bienestar, y para administrar sus impuestos.

Las ambiciones personales, los egoísmos y las inquinas hay que dejarlas fuera del quehacer diario, que no es más que un comportamiento digno ante los rivales a los que no hay que ver como enemigos ya que se supone que unos y otros trabajan para hacer más llevaderos nuestros avatares.

Termino este artículo recordándole un dirigente político al que aprecio de corazón, y que además me conoce muy bien, que va siendo hora de nuevos pactos sin tener que esperar a los acontecimientos internacionales. Aprovecha la ocasión, es el momento.

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