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Gürtel y el PP en su laberinto

La llegada al Tribunal Supremo del escándalo de corrupción masiva llamado caso Gürtel deja al descubierto y a la intemperie todas las vergüenzas sobrevenidas encima del Partido Popular...

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La llegada al Tribunal Supremo del escándalo de corrupción masiva llamado caso Gürtel deja al descubierto y a la intemperie todas las vergüenzas sobrevenidas encima del Partido Popular durante estos últimos cinco meses, contando el tema del espionaje madrileño. Los esfuerzos por taparlo todo, por tergiversarlo todo, por excrementalizarlo todo han sido infinitos y en ello los dirigentes populares han gastado sus mejores energías, junto a los esfuerzos denodados por desgastar al Gobierno a cuenta de la crisis, al tiempo que no se les conocía el gasto de un gramo de energía para colaborar en la lucha contra la tal crisis.

Han sido meses de protección descarada de todas las aberraciones corruptas y de lucha por agudizar la crisis para cargarlo todo en la cuenta del Gobierno. Han sido unos meses memorables en los que el PP se las ha ingeniado para situarse a kilómetros luz de lo que es la obligación de un partido democrático: luchar por los intereses generales de la nación y de los españoles. Sólo ha perseguido sus particulares intereses electorales y políticos, no sin algún éxito, por cierto.

Vamos a ver qué pasa ahora con todo el caso en el Supremo. A ver si ahora empiezan a querellarse contra los más altos magistrados, o a exigir su retirada del proceso, o a vilipendiar a jueces y fiscales de allí, o a acusar al Gobierno y al fiscal general de presionar al TS y utilizarlo como su cortijo jurídico, ahora que ya no tienen esa percha de los golpes llamada juez Garzón, o ese cazador oportuno llamado Bermejo, o cualquier otro de los ingeniosos pretextos para volver el mundo del revés, para cambiar la realidad y para intentar que paguen los inocentes los pecados de los verdaderos culpables.

Ahora les va a ser mucho más difícil, aunque siguieran contando con la complicidad mediática con la que han contado hasta el momento o con la culpable pasividad de ciertas zonas de la sociedad española que prefieren moverse en la turbiedad permanente y que siguen atemorizadas frente a cualquier indicio de que en este país las cosas vayan a aclararse alguna vez.

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