Es con lo que debe cargar un piloto que corre con el coche más rápido. Lo fue hace años Michael Schumacher cuando barría en la pista a todos sus rivales y también resultaba aburrido.
Ahora le toca a Jenson sufrir el cansancio de una afición que teme que el británico apriete el acelerador aún más y deje atrás a sus rivales sin opción a echarle un pulso, si quiera, en un par de vueltas seguidas. El español Fernando Alonso, décimo en Turquía, ya se atrevió a pronosticar el título de Button, aunque en Estambul fue más allá: “Dentro de cuatro o cinco carreras, será campeón”.
Alonso ya ha apuntado que poco o nada se puede hacer en este Mundial que, si bien decae en entusiasmo en el asfalto, se encuentra en efervescencia en las oficinas, donde los pilotos mostraron antes de la carrera de Estambul su apoyo incondicional a sus escuderías en la guerra sin cuartel que está abierta con la FIA y su presidente, Max Mosley, que desea abrir la F1 a tres equipos y limitar el presupuesto a 45 millones de euros a todos.
En Estambul estaba escrito un guión que se cumplió a rajatabla, donde solo falló un Rubens Barrichello que cometió un error en la salida, cuando partía desde la tercera posición y vio como casi todos los pilotos le superaban antes de llegar a la primera curva.
Barrichello intentó recuperar el terreno perdido, pero la falta de temple le llevó a tocarse con Kovalainen y más tarde, cuando había caído a los últimos puestos, con Sutil, con rotura del alerón delantero incluida. El brasileño abandonó la carrera, sin puntuar, aunque mantiene la segunda posición en la general.
Su compañero Jenson Button lo tuvo más fácil. Realizó una gran salida, igual que Sebastian Vettel, el poleman en la jornada clasificatoria, y en el primer despiste del germano, antes de que se cumpliera la primera vuelta, ya lo superó, al salirse de la pista y perder unos segundos.
Button no encontró ningún obstáculo para marcharse y ampliar la distancia con el grupo perseguidor, donde también se encontraban Mark Webber y Jarno Trulli, aunque ambos a diez segundos cumplidas las primera cuatro vueltas.
Alonso, en medio de un grupo donde se produjeron constantes adelantamientos, finalmente pudo situarse en la séptima posición (arrancó octavo), pero inició un duelo con Robert Kubica del que el español salió perdedor.
El piloto español fue, junto a Vettel, el primero en entrar para cargar gasolina, pues era el que iba más ligero de toda la parrilla. Alonso, que era séptimo tras Massa antes de entrar en el pit lane, fue perdiendo posiciones paulatinamente. Kubica entró en la vuelta 20 y salió por delante del asturiano, que cayó a la octava posición.
En el segundo stin de Button, que entró a repostar en la vuelta 17, Vettel le fue recortando segundos y se enganchó a su estela a partir de la vuelta 23, pero la estrategia del alemán de ir a tres paradas no le resultó nada satisfactoria, hasta el punto de que perdió el segundo lugar en favor de su compañero Mark Webber.
Los tres de cabeza, a falta de algo más de media docena de vueltas para finalizar la carrera, adoptaron una posición conservadora dadas las notables diferencias que habían establecido, para evitar que un error les dejase fuera de los puntos.
Los Toyota, que cuajaron una buena actuación en los entrenamientos oficiales, finalmente colocaron el coche de Jarno Trulli en la cuarta posición, lo que le permite mantenerse quinto en la general, mientras que Timo Glock finalizó octavo.
Menos espectacular resultó la jornada de Ferrari, una carrera más. Felipe Massa acabó sexto y Kimi Raikkonen, noveno, y fuera de los puntos.
El equipo Williams obtuvo un meritorio quinto puesto con Nico Rosberg, quien estuvo batallando desde el inicio con los coches más rápidos, mientras que Kazuki Nakajima acabó duodécimo por un error en el repostaje, cuando quedó bloqueado por un mecánico que tardó más tiempo de lo normal en el cambio de un neumático, que le privó de una posición mejor, aunque esta acción benefició a Fernando Alonso.
Alonso: “Yendo tan despacio, no hay nada que hacer”
El español Fernando Alonso (Renault) ha lamentado que el décimo puesto logrado ayer en Turquía se haya producido porque su equipo “va despacio”. “Estamos donde esperábamos estar. En carrera no ha pasado nada raro. No ha habido coche de seguridad y no hemos tenido abandonos, ni toques. Sabía que era el más ligero y ésta era la estrategia que elegimos. Cuando acaba la carrera es fácil saber cuál hubiera sido la más acertada. Yendo tan despacio, no hay nada que hacer. Lo que nos hace falta es ir medio segundo más rápidos”, señaló un Alonso algo apesadumbrado. “El coche que estamos usando es el mismo que el de Bahrein, así que cualquier modificación que se le haga, bienvenida sea. El coche va peor cada vez, necesitamos mejorarlo. Hay que seguir insistiendo hasta encontrar lo que lo mejore”, deseó.
El piloto español ha reconocido que la situación que vive no le es novedosa porque durante la temporada “ha habido momentos mejores y peores”, y ha advertido que lo que se ha visto en la pista de Estambul con los Renault ha sido algo previsible dado que la simulación que efectuó la escudería ya le daba puesto décimo. “Si no hay coche de seguridad –señaló– ni muchos líos, pues tenemos la posición que nos merecemos. Cuando vamos rápido, las cosas salen bien, pero cuando vamos despacio es normal que quedemos detrás de los rivales”.