La pose afectada, que es característica de la clase política en estos momentos, definida con el horroroso neologismo de “postureo”, se ha convertido en arma arrojadiza entre los distintos protagonistas de la escena. Entre tanto el país a la espera y los medios, con algo más de sensatez, traduciendo el cínico juego al que nos están acostumbrando.
No se olvide la cortesía: Mi más sincera enhorabuena a los contrayentes. Pedro Sánchez, con el corazón con sentimientos divididos aparentemente, ha declarado su amor a Albert Rivera y este le ha correspondido. Como el “impasse” postelectoral estaba generando una enorme desazón, sería bueno que , dado el paso, el país se congratulara con el evento. Pero el caso es que no hay quien se crea que el idilio lleve a parte alguna. El acuerdo no es otra cosa que un capítulo más del famoso “postureo”. Si se sabe desde el principio que la aportación de los nacionalistas era imprescindible y no se tiene intención de hablar con ellos ¿qué es lo que se pretende?
Está claro; todos los movimientos del pretendido acuerdo de gobierno no son otra cosa que la búsqueda de culpables a quienes cargar con la responsabilidad de que se convoquen nuevas elecciones, inevitables estas, porque así lo quiere el PSOE. Lo que acontece es que la apuesta se ha puesto tan arriesgada que igual pierden todos.
No ha hecho ni pizca de gracia a gran parte del electorado del PSOE que se mire a Ciudadanos en lugar de buscar alternativas más progresistas, pero eso no debería ser óbice para entender la decisión del partido de Sánchez. C´s, mientras no se demuestre lo contrario, es una opción tan válida como cualquier otra y sin lastre de corrupción en su mochila; no se puede decir lo mismo de los viejos partidos. Pero lo que importa son las políticas y, gracias a algunos medios de comunicación, nos estamos enterando que no es oro todo lo que reluce: La Reforma Laboral no va a ser derogada, la aprobación de la subvención estatal a los salarios más bajos supondrá pagar con dinero público en lugar de regular salarios decentes, el salario mínimo interprofesional sube el 1%, se abaratan los despidos; la Ley Wert, la LOMCE, no desaparecerá del tablero, como mucho, dicen que se paraliza sin tocar lo que ya se ha implantado, no habrá libros gratis para la enseñanza obligatoria, se ha olvidado la promesa de sacar la enseñanza de la religión de las escuelas; se mantiene la Ley Sinde, germen del descontento en las redes que dio lugar al movimiento que cristalizó con las acampadas del 2011; se mantiene el copago farmacéutico y la privatización de la gestión de la sanidad, como tampoco se plantea la reversión de los recortes; se bajará el IRPF en un estado que asumió la deuda de los bancos y que debe pagar lo que resulta imposible, no se publicará, como anunciaron, la lista de amnistiados por defraudar a la hacienda pública de la reforma fiscal del PP, la subida de impuestos a las grandes fortunas se queda en declaración de intenciones, se suavizan las medidas de control a las SICAV, el mayor caladero de impago de impuestos de los poderosos; ha desaparecido la promesa de reducir el paro a la mitad;... eso sí, se suprimen las Diputaciones, que si se respetan los puestos de trabajo me parecería ideal, en cambio, ni una palabra sobre la supresión del Senado, ahora resulta que ya no era tan importante para C´s; se han comprometido a prohibir de manera expresa cualquier referéndum de autodeterminación; no se prohibirá el Fracking, por mucho que apareciera en el programa socialista; no se tocará el artículo 135 de la Constitución, aquel que priorizaba el pago de la deuda a cualquier otro gasto, aunque sea dar de comer a la gente, y se mantendrá la Ley Mordaza..., o sea, más de lo mismo; donde dije Digo, digo Diego. Currículum suficiente para que sea imposible que nadie que defienda la justicia social se pueda subir al carro; ni Unidad Popular, ni Las Mareas, ni PODEMOS, ni Compromís, caben en algo así. A esto se le puede añadir el mandato imperativo del Comité Federal, enemigo acérrimo de cualquier trato con PODEMOS y las salidas de tono del Sr. X y de las viejas y obsoletas glorias del PSOE, esos que adornan los peores escaparates del tardofranquismo.
Pero analizando el pacto y sus repercusiones, resulta absurdo que para tener que presentarse a unas nuevas elecciones, ya que Pedro Sánchez lo ha hecho inevitable, mostrar tal exceso de renuncias no creo que aporte ningún simpatizante nuevo, más bien lo contrario. Todo esto a cambio de este “Unidos para siempre” que se han jurado C´s y PSOE. Viéndolo con perspectiva, si volvieran a repetirse los resultados llegarían a alcanzar mas de nueve millones de votos, más o menos el 36 %, con eso tendría muy cerca la mayoría absoluta, solo tienen que presentarse juntos.
La duda queda en que si el PP se recupera, como parece que va a suceder, y Ciudadanos suben en votos, también lógico, no se produciría otro matrimonio de conveniencia.
Al PSOE solo le queda inspirase en el pasado, ya han resucitado la “pinza”, como hizo el Sr. X y bien que nos engañó, pero ahora ya no cuela. El cuento de que PP y PODEMOS se ponen de acuerdo para evitar el gobierno de Pedro Sánchez, no es más que un lamento de plañideras que se asemeja a la fábula de “Que viene el Lobo” y solo los palmeros vociferantes se lo creerían a pie juntillas, que no faltarán entre los que apoyen con su voto el refrendo del acuerdo.
Ya saben, PSOE & C´S: Unidos para Siempre, siempre que no cambie el panorama y Ciudadanos elija otra pareja de baile.