El Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache (Sevilla) promueve actualmente unas excavaciones arqueológicas en el interior del centro de interpretación que corona el barrio del Monumento a los Sagrados Corazones, al objeto de profundizar en la investigación del lagar turdetano descubierto años atrás con motivo de las obras del metro, tratándose de "un largar único en España por sus características", según el Consistorio.
Recordemos que el lagar turdetano fue parcialmente descubierto años atrás en el marco de las cautelas arqueológicas correspondientes a la construcción del túnel que atraviesa el cerro de Chaboya, sobre el que se alza el barrio del Monumento, dentro del proyecto de la primera y única línea del metro de Sevilla. Según explica Laura Mercado, arqueóloga responsable de las excavaciones, los estudios realizados indican que el lagar puedo estar en funcionamiento desde el siglo III antes de Cristo al siglo primero después de Cristo, ya transformado y mejorado por los ocupantes romanos de la antigua Osset.
Tras el descubrimiento del lagar, el yacimiento fue tapado con una tela geotextil y materiales inertes, con lo que esta nueva excavación, que según las fuentes consultadas por Europa Press arrancó hace más de una semana y media con un presupuesto de unos 7.000 euros, tiene por objeto profundizar en la investigación de este lagar y excavar tres piletas de decantación localizadas en el entorno, actualmente englobado por el centro de interpretación que corona el cerro.
El lagar, según la arqueóloga, escapa de la tipología típica de los romanos y presenta características que lo convierten en una "instalación única" en el conjunto de la península Ibérica.
La presencia de este lagar en el cerro de Chaboya demuestra, junto a los hallazgos previos, que la antigua Osset fue una ciudad próspera que vivía del comercio y del vino. Los diez metros de piletas de decantación descubiertos y una bodega que se sitúa en una zona aún no excavada, según la arqueóloga, hablan de una instalación de gran tamaño.
La concejal de Turismo, María José Quesada, expone de su lado que la idea "es que contemos con un valor más que sumar a nuestro patrimonio y que a finales de enero, si todo va bien, se pueda abrir esta zona al público para que se conozca una parte más de nuestra historia, que engarza con la tradición vinícola de la Osset turdetana primero y romana después".