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Otro 1 de mayo

En los últimos años el 1 de mayo se había convertido en un día de fiesta sin más. Cada vez eran menos los que acudían a manifestarse junto a los sindicatos...

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En los últimos años el 1 de mayo se había convertido en un día de fiesta sin más. Cada vez eran menos los que acudían a manifestarse junto a los sindicatos, sencillamente porque nadie parecía tener mucho que revindicar en vista de la bonanza económica. Pero este 1 de mayo es distinto, lo afrontamos con más de cuatro millones de parados y las perspectivas no son halagüeñas por más que el presidente Zapatero haya anunciado que a partir de ahora las cosas irán a mejor.

Desgraciadamente Zapatero se ha equivocado mucho en cuanto a previsiones económicas, en realidad no ha dado una, y como profeta en este terreno tiene escasa credibilidad, sobre todo porque distintos organismos internacionales están avisando que en España la crisis no sólo no ha tocado fondo sino que nos costará mucho más salir de ella.


Evidentemente, nada me gustaría más que el presidente acertara y se equivocaran los demás, pero por ahora no parece que sea así. Pero en relación con el 1 de mayo lo que hay también que analizar es el papel de los sindicatos y hacerse una pregunta: ¿están haciendo lo que deben?

El sindicalismo español no está en su mejor momento. Desde la Transición aquí ha ido perdiendo fuerza y la verdad es que en muchas empresas pequeñas y medianas luce por su ausencia. Sólo parecen tener fuerza en empresas públicas. Y esa pérdida de influencia en el mundo del trabajo es una mala noticia para los trabajadores. Lo que hay que preguntarse es qué han hecho mal y por qué los trabajadores se han ido alejando de ellos, y sobre todo no sintiéndose representados por quienes les debían de representar.

Hay muchas respuestas, y una de ellas es que nuestros sindicatos en principio sólo se han ocupado de quienes tenían trabajo y no de quienes estaban en el paro. También se han desentendido de los miles de trabajadores autónomos que hay en este país. Y luego, todo hay que decirlo, en los últimos años han pasteleado y sido demasiado complacientes con el Gobierno.

Hoy, en que la crisis económica afecta a la sociedad entera, son pocas las miradas que se vuelven hacia los sindicatos esperando una respuesta.

Además de manifestarse el 1 de mayo, que naturalmente que hay que manifestarse y sobre todo en una circunstancia como la que estamos viviendo, los trabajadores esperamos mucho más de los sindicatos y si no dan respuesta a esa necesidad terminarán desapareciendo por inanición, y eso sería aún peor.

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