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Zapatero, el saetero

Un saetero improvisado nos salió durante la pasada Semana Santa en la figura de Zapatero...

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Un saetero improvisado nos salió durante la pasada Semana Santa en la figura de Zapatero. Cuando ya todos estábamos pensando en la tarde del Martes Santo, el cantaor en cuestión apareció por su atril gubernamental para proclamar, casi pidiendo Clemencia, el anuncio de la Revolución de los Lirios.  

Su San Juan particular, ese Solbes que empezó casi como un mártir que no conocía la crisis, fue uno de los que abandonó el Getsemaní de la Moncloa. Y es que la desaceleración económica había cogido tal velocidad que a punto estuvo de convertir al bueno de Pedrito en el Judas de ZP. Y ya no por la traición, sino porque lo estaba dejando vendido con una cartera sin funcionar.


La legislatura del nazareno de León se está convirtiendo en un auténtico vía crucis, con más sombras que luces, y con los cambios en su Gobierno, cual buen capataz, ha querido modificar el paso, la marcha, de su procesión. Entre sus nuevos apóstoles políticos ha encontrado al sempiterno Chaves, que ha dejado el huerto de Andalucía. Zapatero le ha buscado para encontrar en él a su singular Simón el Cirineo, aquel personaje bíblico que ayudara a Jesús con la cruz en su quinta estación.

Cada vez esta película presidencial me recuerda más a La vida de Brian. En fin, en el pecado está la penitencia, como se suele decir. Y entre los palios y los misterios recientes, hay otro tipo de enigma sin resolver que es el referente al número de parados de este país que sigue creciendo alarmantemente cada día, cada semana, cada mes... Y eso sí que es una verdadera cruz para tantas familias que están pasando por situaciones desesperantes.
Zapatero, a lo Carlos Sainz, trata de arrancarlo. Le pone voluntad. Se ha puesto su antifaz, se ha vestido de penitente en la última Semana Santa, sigue pensando hacer su recorrido por una carrera oficial de cuatro años, pero a cada paso le da el cirio a uno distinto para que lo aguante. Y si puede, le pide también que se lo encienda. A Pepiño Blanco, su descubridor dentro del partido socialista, le ha entregado ahora un farol. Habrá que ver, como en el póquer, si va de tal. Lo que está claro es que España necesita ya, urgentemente, una levantá por igual. ¿A ésta es?

rguerrerojerez@gmail.com

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