Cáritas detecta un descenso de inmigrantes en los campamentos ilegales
En el invierno, con el inicio de la campaña de la fresa, aumentará la población
La ONG Cáritas ha detectado un descenso considerable del número de inmigrantes de origen africano que viven en asentamientos en municipios freseros, a la espera que en invierno aumente de nuevo con el inicio de la campaña de la fresa.
Así lo ha explicado a Efe el voluntario de la asociación en Lepe (Huelva) Manuel Roque Gómez, tras realizar un recorrido por los distintos asentamientos del municipio, donde han llegado a vivir unas quinientas personas en pleno auge de la campaña fresera (entre febrero y mayo), aunque ahora quedan menos de la mitad.
Algunos asentamientos que normalmente son muy numerosos, como el situado en las inmediaciones del antiguo trazado del ferrocarril, están prácticamente deshabitados, y se nota especialmente en el situado tras el polígono Huerta Márquez, ahora con poco más de una veintena del centenar de personas que ha llegado a acoger la pasada primavera.
Gómez ha concretado que los inmigrantes que han abandonado los asentamientos se han ido a otros puntos de España, como la provincia de Jaén, "donde pueden tener trabajo de forma esporádica y luego volver a Huelva para la fresa".
En la provincia de Huelva, estas personas sobreviven gracias a la solidaridad de asociaciones como Cáritas, que se nutre asimismo, entre otras ayudas, de lo que aportan los vecinos de las localidades en las que viven.
Ayer mismo, los voluntarios estuvieron repartiendo entre los asentados alimentos como arroz, pasta o aceite, mientras que otras entidades, como Cruz Roja, mantiene contactos semanales con los inmigrantes para controlar sus necesidades básicas de salud.
Manuel Roque Gómez ha lamentado las condiciones de vida de las personas que viven en los campamentos, aunque ha destacado que "lo pasan peor en invierno, cuando hace mucho frío, porque al venir de zonas tropicales la mayoría de ellos, soportan mejor las altas temperaturas".
Así lo ha explicado a Efe el voluntario de la asociación en Lepe (Huelva) Manuel Roque Gómez, tras realizar un recorrido por los distintos asentamientos del municipio, donde han llegado a vivir unas quinientas personas en pleno auge de la campaña fresera (entre febrero y mayo), aunque ahora quedan menos de la mitad.
Algunos asentamientos que normalmente son muy numerosos, como el situado en las inmediaciones del antiguo trazado del ferrocarril, están prácticamente deshabitados, y se nota especialmente en el situado tras el polígono Huerta Márquez, ahora con poco más de una veintena del centenar de personas que ha llegado a acoger la pasada primavera.
Gómez ha concretado que los inmigrantes que han abandonado los asentamientos se han ido a otros puntos de España, como la provincia de Jaén, "donde pueden tener trabajo de forma esporádica y luego volver a Huelva para la fresa".
En la provincia de Huelva, estas personas sobreviven gracias a la solidaridad de asociaciones como Cáritas, que se nutre asimismo, entre otras ayudas, de lo que aportan los vecinos de las localidades en las que viven.
Ayer mismo, los voluntarios estuvieron repartiendo entre los asentados alimentos como arroz, pasta o aceite, mientras que otras entidades, como Cruz Roja, mantiene contactos semanales con los inmigrantes para controlar sus necesidades básicas de salud.
Manuel Roque Gómez ha lamentado las condiciones de vida de las personas que viven en los campamentos, aunque ha destacado que "lo pasan peor en invierno, cuando hace mucho frío, porque al venir de zonas tropicales la mayoría de ellos, soportan mejor las altas temperaturas".
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