El tiempo en: Estepona
Publicidad Ai

Tardes en el Lagartijo

Una nueva vuelta al sol

La vuelta al sol invita al crecimiento, o, al menos, tratar de escalar con mayor ahínco.

Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai

Para unos habrá sido año de bienes y para otros de males. Habrá quienes hayan sentido sus expectativas superadas y quienes terminen muy defraudados. Por seguro que, también, la vuelta al sol habrá presenciado numerosos amores y desamores. Algunos le habrán cogido al final cariño al 2024 mientras que estarán, por su parte, los que le hayan tomado tremendo asco y odio. 365 días que habrán dado tanto para reencuentros como para despedidas, al igual que para dar espacio en el día a día a nuevos rostros. Un año para haber acumulado recuerdos gratos o generado pesadillas. Unos cuantos sentirán haber conseguido logros y otros se hallaran estancados o dando pasos atrás en su camino. Cuando suenen las campanadas para muchos será una despedida necesaria mientras que otros casi sentirán una lágrima caer al echar la vista atrás.

Cuando llega la hora de reunir las uvas en el plato y comenzar a pelarlas (para aquellos que les gusten porque también hay quienes comen, por ejemplo, los famosos pelotazos), se agolpan en la mente todas las vivencias que han acontecido en los 12 meses. Habrá quienes las rememoren sin pena ni gloria, otros con mucha gloria y unos tantos con dura pena. Sin embargo, cuando se consigue terminar las campanadas sin atragantarse se recobran todas las fuerzas, bien sea para mantener la buena racha o, como muchos sentirán, para gritarle “hasta nunca” al 2024 y arrancar el nuevo año con el ímpetu de hacer de todo lo negativo algo positivo.

La vuelta al sol invita al crecimiento, o, al menos, tratar de escalar con mayor ahínco. No solo a mejorar incita, sino también a celebrar la vida por tener la oportunidad de ver un nuevo año, es uno de esos momentos en los que más gratitud se siente.

“En la mesa no se habla de política”, se oye en muchas ocasiones. También se dejan a un lado en estas últimas jornadas del año los temas que más tensión generan. No es momento de avivar guerras o rencillas, sino de disfrutar las treguas y de estos instantes en los que todo se para, permitiendo, así, dar valor a lo importante y hacernos replantearnos si lo posicionamos donde merece en nuestro día a día.

Es momento de crecer. Por ello, solo se les puede desear el mejor de los años y, lo más importante, que les vaya todo bien.  

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN