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Navidad en el espacio: la tradición que desafía la gravedad

Las celebraciones en el espacio son un testimonio del ingenio humano para adaptarse, incluso lejos del hogar

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  • Navidad en el espacio: tradición que desafía la gravedad. -

Cuando llega diciembre, la mayoría de las personas celebran las fiestas rodeadas de familia y amigos. Pero, para los astronautas en órbita, las festividades adquieren un matiz especial. Desde la histórica misión del Apolo 8 en 1968 hasta las reuniones multiculturales en la Estación Espacial Internacional (ISS), las celebraciones en el espacio son un testimonio del ingenio humano para adaptarse, incluso lejos del hogar, a uno de los entornos más inhóspitos jamás explorados.

La primera Navidad entre las estrellas

En diciembre de 1968, los astronautas Frank Borman, James Lovell y William Anders hicieron historia al convertirse en los primeros humanos en pasar la Navidad fuera de la órbita terrestre. A bordo del Apolo 8, mientras orbitaban la Luna, transmitieron imágenes del satélite junto con la lectura del Génesis. Según el Smithsonian Magazine, aproximadamente mil millones de personas en 64 países siguieron la emisión en vivo, convirtiéndola en uno de los eventos televisivos más vistos de la historia.

Para las familias de los astronautas, la misión fue un desafío emocional. Susan Lovell, quien tenía 10 años cuando su padre, Jim Lovell, emprendió el viaje, recuerda: “Éramos muy jóvenes, y nuestro padre simplemente estaba haciendo su trabajo”. En la madrugada de Navidad, tras realizar la maniobra de retorno a la Tierra, Lovell añadió humor a la transmisión: “Por favor, sean informados de que Santa Claus existe”.

Además, Lovell preparó una sorpresa para su esposa, Marilyn. Un mensajero entregó en Houston un abrigo de visón con una tarjeta que decía: “Feliz Navidad y con amor, del hombre de la Luna”. El día de Navidad, la tripulación descubrió una comida especial preparada por la NASA: pavo asado, puré de patatas, salsa de arándanos y ponche de uva. “Fue delicioso, un verdadero regalo”, comentó Lovell en comunicación con Houston. 

El NORAD Santa Tracker: Una tradición que sigue viva

La conexión entre el espacio y Santa Claus tiene una curiosa y entrañable historia que se remonta a 1955. Todo comenzó cuando un anuncio mal impreso en un periódico de Colorado Springs invitaba a los niños a llamar al taller de Santa Claus en Nochebuena. Sin embargo, el número en el periódico no correspondía al del taller de Papá Noel, sino al del Centro de Operaciones de Defensa Continental (CONAD, por sus siglas en inglés), precursor de lo que más tarde se convertiría en el Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD).

El error en el anuncio desató una avalancha de llamadas de niños emocionados por poder hablar con Santa Claus, y aunque en principio podrían haber ignorado las llamadas, el personal militar decidió hacer algo más original y divertido. En lugar de descartar las consultas, el personal de CONAD optó por aprovechar la situación y "rastrear" el viaje de Papá Noel, siguiendo su ruta por el mundo en tiempo real y haciendo que los niños pudieran experimentar la magia de seguirlo durante la noche.

En 1958, con la creación de NORAD, la operación pasó a ser un proyecto oficial del organismo. Hoy en día, el Santa Tracker utiliza satélites, radares y aviones de combate para seguir la ubicación de Santa Claus a medida que vuela alrededor del mundo en su ruta de entrega de regalos. En cada Nochebuena, millones de personas de todo el planeta acceden a la página web de NORAD o utilizan aplicaciones móviles para conocer en tiempo real el recorrido de Papá Noel, que se transmite con datos actualizados constantemente.

Cómo las festividades se convirtieron en un símbolo de unidad La creatividad espacial ha dado lugar a momentos únicos de celebración. Un ejemplo de esto ocurrió en 1973, cuando la tripulación de Skylab 4, compuesta por Gerald Carr, William Pogue y Edward Gibson, decidió celebrar la Navidad de manera memorable. A falta de un árbol tradicional, improvisaron uno con materiales reciclados. Utilizaron recipientes de comida como adornos y los decoraron con pegatinas de colores. La estrella que coronaba el árbol, hecha en forma de cometa, rendía homenaje al paso del cometa Kohoutek, observado durante una caminata espacial aquella Nochebuena.

La Navidad de 1973 tuvo además un profundo significado político. Los cosmonautas soviéticos a bordo de la nave Soyuz 13 celebraron también la festividad, a miles de kilómetros de distancia. En plena Guerra Fría, esta conexión entre astronautas estadounidenses y cosmonautas soviéticos se convirtió en un símbolo de cooperación pacífica en el espacio, más allá de las divisiones políticas en la Tierra.

En la antigua Unión Soviética, la Navidad fue reemplazada por celebraciones de Año Nuevo, pero las tradiciones religiosas ortodoxas siguen vivas, especialmente en la celebración de la Navidad Ortodoxa, que se celebra el 7 de enero, de acuerdo con el calendario juliano. Esta fecha es significativa para los cosmonautas rusos, quienes pueden combinar la celebración espacial con las costumbres de su patria.

Un banquete navideño que desafía la gravedad

Los astronautas de la NASA celebran la Navidad con platos clásicos como pavo, boniato, judías verdes y pan de maíz, preparados en bolsas selladas y calentados en dispositivos especiales. Los cosmonautas rusos contribuyen con puré de patatas y su famosa salsa de arándanos, reflejo de la colaboración internacional en la ISS.

Esta diversidad cultural también inspira ficciones como la serie `Away´ (2020), que narra la primera expedición tripulada a Marte en un futuro próximo. En la trama, una tripulación multicultural —compuesta por un químico chino, un botánico británico, un cosmonauta ruso, un médico indio y la comandante estadounidense Emma Green (Hilary Swank)— encuentra formas creativas de celebrar la Navidad lejos de casa. Decoran la nave con guirnaldas y luces flotantes, comparten una cena con especialidades de sus culturas y disfrutan de juegos de marionetas y bailes ingrávidos.

En un toque ficticio, realizan un brindis simbólico con vodka ruso, consumido mediante jeringuillas para adaptarse a la microgravedad. En realidad, el alcohol está prohibido en el espacio, y un brindis con champán —o con cualquier refresco de burbujas en su lugar —sería imposible debido a las propiedades de los líquidos en microgravedad. Aunque, como señala Wired, si el champán estuviera permitido, beberlo con pajitas sería la única opción viable.

La Navidad en el espacio sigue siendo un símbolo de conexión y reflexión. William Shepherd, primer comandante de la ISS, instauró la tradición de enviar mensajes de buena voluntad cada Año Nuevo. Hoy, los astronautas fortalecen su vínculo emocional con la Tierra al celebrar vestidos con pijamas navideños y cantando clásicos festivos como “Happy Xmas (War is Over)” de John Lennon o “Feliz Navidad” de José Feliciano. Aunque alejados de sus seres queridos, los astronautas mantienen vivas las tradiciones navideñas, recordándonos que, más allá de la distancia, la Navidad sigue siendo un tiempo de unidad, esperanza y alegría.

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