El PNV y EH Bildu siguen dos estrategias diferentes al negociar el precio de sus apoyos a los gobiernos de Pedro Sánchez, del que han sido sus dos mejores y menos conflictivos socios.
El PNV, que siempre ha reclamado y recibido el título de "socio preferente" por parte del PSOE para distinguirse así de Bildu y el resto de partidos que necesita el Gobierno, sigue con su estrategia de "conseguidor" al que solo le interesa obtener transferencias e inversiones para Euskadi.
En cambio,
EH Bildu ha insistido en que apoya a Sánchez, especialmente en las investiduras, por un compromiso propio de evitar que gobierne la extrema derecha y por considerar que un gobierno de PSOE y Podemos/Sumar supone una "ventana de oportunidad" para abrir el debate del modelo territorial del Estado y el reconocimiento del derecho a decidir de Euskadi.
Esas diferentes estrategias a la hora de hacer política en Madrid se pusieron de manifiesto desde el principio de la Legislatura cuando EH-Bildu ofreció enseguida su apoyo a la investidura de Sánchez para parar a la extrema derecha y avanzar en las políticas sociales, mientras que el PNV negoció contrapartidas a su voto en materia de autogobierno y traspaso de competencias pendientes.
Los presos de ETA, Pamplona y su normalización
Si la participación de Bildu en el Congreso ya supuso un gran cambio, la izquierda abertzale estuvo décadas sin hacerlo tras conseguir representación por considerar que las Cortes Generales no tenían nada que ver con el pueblo vasco, el papel activo que juega ahora es el reflejo del gran giro que ha dado desde sus posiciones antisistema primigeneas a las actuales de "pisar moqueta".
En estos años la formación de Arnaldo Otegi, que siempre ha contado con la cercanía de Podemos, ha sido consciente del coste que tiene para el PSOE en el resto de España pactar con ellos, por lo que han trasladado al medio plazo la demanda de un debate territorial y públicamente se ha mostrado muy poco exigente con los socialistas, lo que ha generado el convencimiento de que hay pactos "secretos", aunque ambos partidos lo han negado públicamente.
En esos pactos ocultos, si los ha habido, estarían los dos logros que más han satisfecho a las bases de EH Bildu: el traslado de todos los presos de ETA a cárceles vascas y navarras y la moción de censura que dio la Alcaldía de Pamplona a Joseba Asiron y desalojó a UPN.
En los públicos destaca la transferencia de la competencia de tráfico a Navarra -que ya acordó hace años el Gobierno de Aznar con el PNV aunque no se ejecutó- y medidas sociales que no son específicamente para Euskadi, como la subida del 15 % de las pensiones no contributivas o ley de Vivienda, de la que fue uno de los principales promotores.
A nivel de partido, aunque en Euskadi y en Navarra no lo necesitaba ya, EH Bildu ha conseguido avanzar su normalización como un partido democrático aunque la izquierda abertzale siga sin "condenar" el terrorismo de ETA, especialmente en esta legislatura con la foto el pasado noviembre de la reunión de Sánchez con Mertxe Aizpurua y su definición por dirigentes socialistas como partido democrático progresista.
El calendario para completar el Estatuto
Por su parte, el PNV se ha mantenido fiel a su papel de socio para los gobiernos de España sin mayoría absoluta -ya lo fue antes con Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy- a cambio de competencias e inversiones para Euskadi y Navarra.
Con Sánchez consiguió su gran objetivo de los últimos años, el compromiso de completar el Estatuto de Gernika con todas las transferencias pendientes y un calendario concreto para hacerlo, que finalmente no se cumplió, lo que provocó las críticas y el distanciamiento del PNV del Gobierno, aunque le siguió apoyando por no haber otra alternativa al necesitar el PP a Vox.
Así, la pasada legislatura quedó casi limitada a la transferencia de la competencia de prisiones, la teórica oficialidad con condiciones de las selecciones deportivas vascas -solo lo ha conseguido la de kayak surf- y el Ingreso Mínimo Vital y en esta el PNV ha exigido traspasos con tiempos acotados previamente, como las tres competencias ya cerradas en este primer trimestre, entre las que destaca los Cercanías de Renfe.
Ahora, espera que el Gobierno de Sánchez, que "necesita a todos los socios todo el tiempo" como recalca el PNV, aguante el tiempo suficiente para completar todas las transferencias pendientes, incluida la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, sin romper la "caja única".
Pocas diferencias en las votaciones en el Congreso
PNV y EH-Bildu han coincidido en más del 90 por ciento de las votaciones en el Congreso en lo que va de Legislatura y han firmado, junto al resto de los grupos del bloque de investidura, numerosas iniciativas.
Ante el pleno, los de Otegi han presentado una única proposición no de ley, relativa a medidas para asegurar el derecho efectivo a la vivienda, mientras que los jeltzales, también con una iniciativa de este tipo, propusieron impulsar proyectos de transformación económica y social de nivel regional.
En cuanto a las proposiciones de ley, EH-Bildu no ha presentado hasta ahora ninguna en solitario, mientras que el PNV se apresuró nada más constituirse las Cortes a llevar al Congreso algunas de sus peticiones más "clásicas" como la reforma de la Ley de Secretos Oficiales, el control del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), la limitación de la inviolabilidad del rey o la reforma de la Ley del Tribunal Constitucional.
Además, han pedido la reforma del Estatuto de los Trabajadores y de la Ley General de la Seguridad Social.