La vista oral señalada para este lunes contra un hombre de 31 años condenado en firme en dos ocasiones por violencia de género y por maltrato familiar, acusado de insultar, atemorizar y golpear de forma continuada a su expareja en presencia de los hijos menores de ambos, y de pegar a uno de ellos, de tres años, ha sido aplazado a septiembre.
El juicio, que debe celebrarse en la Audiencia Provincial, se ha suspendido y ha sido fijado de nuevo para el día 26 de septiembre, según han indicado a Europa Press fuentes judiciales.
D.L.C., condenado en 2009 a raíz de una denuncia de la víctima y en 2010, se enfrenta a presuntos delitos de maltrato habitual, de lesiones, maltrato contra la mujer con la agravante de reincidencia y maltrato doméstico por los que el Ministerio Público interesa penas que suman diez años de cárcel.
Según el relato fiscal, el procesado comenzó a "menoscabar la integridad física y psicológica" de su expareja a los "tres o cuatro meses" de iniciar la convivencia en 2007. Así, le habría insultado, atemorizado y golpeado "de forma continúa y en presencia de sus hijos menores".
En concreto, precisa que la primera agresión "por motivos de celos" se produjo porque ella habló por teléfono "con un amigo", lo que le llevó a cogerla del pelo y darle bofetadas.
Posteriormente, según añade, cuando se quedó embarazada de su segundo hijo, "le decía que el niño no era suyo y le daba patadas en el vientre".
"A partir de ese momento --indica el fiscal-- los golpes hacia la víctima se repetían dos o tres veces por semana, sobre todo cuando a D.L.C. le falta marihuana, y consistían en puñetazos en la cara, mordiscos, y tirones de pelo que, además, iban acompañados de insultos y frases para atemorizarla como 'que le iba a hacer daño a su familia o que le iba a pegar fuego a la casa si se iba".
Resalta, en esta línea, que, además de estas situaciones, la víctima "tenía que soportar que le aislara de su familia y amistades" y remarca que, en una de esas ocasiones, también pegó al "niño de tres años, llegando este a orinarse a causa del miedo".
El Ministerio Público recoge que el último episodio violento protagonizado presuntamente por el acusado fue en 2012 cuando rompió a su expareja "tres dientes y ella tuvo que ser asistida en un centro hospitalario" de las lesiones sufridas.
"Ella cuando fue preguntada acerca de sus heridas dijo que se habían producido de manera fortuita al golpearse con el lavabo, todo ello por miedo a las represalias del acusado contra ella".
El escrito de acusación señala que, debido a las patadas que sufrió en el vientre estando embarazada, sufrió "heridas" de las que tardó en curar diez días con reposo y tratamiento analgésico y apunta que, por la rotura de los tres incisivos, sufre un perjuicio estético moderado, además de limitación funcional a efectos de masticación y mordida.
Al margen de la pena privativa de libertad, el fiscal interesa que no pueda comunicarse ni acercarse a su expareja a menos de 500 metros durante 15 años y pide cinco años de alejamiento con respecto al menor. Asimismo, solicita el pago de una indemnización a la mujer de casi 27.000 euros por los daños físicos y morales ocasionados.