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Al compás de Huelva

La Palmera y su laberinto

Las cosas así ya veremos como resultan las obras de peatonalización de la plaza de San Pedro y calles aledañas

Publicado: 22/11/2023 ·
13:30
· Actualizado: 22/11/2023 · 13:30
  • Plaza de San Pedro. -
Autor

J. S. Canales

Periodista onubense con más de medio siglo de carrera profesional y una gran dedicación a su tierra, autor de varios libros y reconocido con el Premio de Periodismo Ciudad de Huelva en 2008

Al compás de Huelva

Plasma la historia reciente de Huelva y toma el pulso de la actualidad onubense, además de ser un altavoz de las necesidades de la capital y la provincia

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Yo creo que a la palmera- sentimentalismos aparte- le ha venido bien desaparecer del contexto y encrucijada del tráfico en ese lugar de encuentro y ahora de confusión como es la zona donde ha estado dominando la situación y el ir y venir de peatones y vehículos, justamente donde se estimó iba a distribuirse el tráfico (¿) por el resto de la ciudad y más concretamente del centro. La verdad es que esto de la peatonalización es como esa lluvia que como mejora anhelada nos ha caído del cielo. Pero el pero no podía faltar ya que saltó la liebre y el Ayuntamiento ha decidido realizar un estudio de movilidad –dicen- “que se tenía que haber hecho antes de hacer las obras con la afección y lo que supone esta isla peatonal con todas las mejoras y modificaciones que se han hecho”….

Bueno, a lo mejor todavía se está a tiempo y, de la noche a la mañana, por supuesto que no todo va a ser ese lugar de encuentro que ahora se ha visto fortalecido para el peatón y un poco complicado -la modernidad y el bienestar de todos así lo aconsejan- para ese ‘tutti contenti’ que ahora –insisto- trata de ocupar el lugar que le corresponde si con las medidas a adoptar se olvidan los errores y/o faltas de previsión. El tiempo ha venido a decirnos que, como antaño, y de ello ha sido testigo inmóvil la entrañable palmera, que el que ‘La palmera’ haya sido una encrucijada desde antaño por la confluencia de calles y/o avenidas no impide que ahora, ¿por fin?, las dificultades y sobre todo los riesgos para el peatón sean algo más que historia. (Bueno, unos y otros, ojo con los móviles de marras).¡Ah! Y, por supuesto, que  se diga con argumentos de peso por qué ese fantasma de, como ha dicho el responsable del Área de Urbanismo, que “no se puede deshacer una obra que ha costado todo ese dinero y que supondría devolverlo a Europa, más el coste que tendría rehacerla, sería pagarlo 3 veces”. ¿Así como suena…?.

Las cosas así ya veremos como resultan las obras de peatonalización de la plaza de San Pedro y calles aledañas, porque la realidad es que lo sucedido con tan  singular y cercano enclave debe servir de escarmiento y, llevando el asunto al terreno de la accesibilidad, creo que es necesario llevar al ánimo de los técnicos a  la dotación de ascensores en los centros de salud, ya que ni siquiera el último en servicio dispone de unos ascensores con dimensiones suficientes para sillas de ruedas u otros medio mecánicos -¡viva el progreso y la libertad!-, y ¡ojo!, que la Delegación Provincial de Salud asuma como escarmiento estas irregularidades y que el proyectado para El Molino debe tener dimensiones similares -insisto y advierto ¡¡¡ozú!!!- y  características a los del edificio Insur o la Gerencia de Urbanismo, la Diputación Provincial y la Ciudad del Marisco, de características muy singulares y donde lo de la accesibilidad el Puerto se lo ha tomado muy en serio. Sí, bueno, y a todo esto -¡ojo al dato!- a propósito de los errores de ‘La palmera’, recordar a la nueva Diputación Provincial la necesidad de afrontar de una puñetera vez -perdón, señor presidente- el acceso al Servicio de Gestión Tributaria en la zona de influencia de la peatonalización de Palos de la Frontera-Fernando el Católico.

El asunto clama al cielo por cuanto esta aberración viene desde hace muchos años, precisamente para un edificio que controla al ciudadano para pagar sus impuestos y sin embargo no tuvo ni ha debido tener en cuenta que la accesibilidad se ha hecho solo por dentro y no desde el exterior, aprovechando esas obras recién terminadas y habiendo dejado toda la calle en el mal estado de su pavimento y haciendo casi imposible el acceso al edifico recaudador. Al señor Toscano le ha tocado ahora tener que digerir el marrón y con la eficacia que le caracteriza acabar –insisto- con esa inadmisible aberración que valoré hace mucho tiempo y ante mis sospechas no se aprovechó la coyuntura de esas obras que en su conjunto parece ser que están proporcionando algún que otro dolor de cabeza. ¡Ay, dichosa accesibilidad!, que, por fin, de la mano de la alcaldesa y de su concejal de Servicios Sociales, Familia y Accesibilidad, apunta que a finales de mes, del 27 al 29, se va a iniciar la andadura de ese Plan de Accesibilidad Universal con las Jornadas de Discapacidad Intelectual en las que tenemos casi todas las  esperanzas… y la posibilidad de olvidar el camino por senderos distintos. ¿Cierto?

 

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