¡Qué asco de tabaco!
Enamorado de la naturaleza de la que se disfruta en este paraíso, Javier se lo quiere comer todo cada vez que viene a Mazagón: la playa, en la que hace varios kilómetros pescando al curricán; se va a pescar en su piragua, a la que sólo le falta un “mueblebar”