La pandemia de covid-19 comienza a ceder poco a poco en Brasil, pero aún así el país registró en las últimas 24 horas otras 1.635 muertes, que elevan el total de fallecidos a los 523.587, según informó el Ministerio de Salud.
Este mismo sábado fueron confirmados 54.556 nuevos casos, con lo que el número acumulado de personas contagiadas asciende ahora a 18.742.025, de las cuales poco más de 17 millones se han recuperado plenamente.
Sin embargo, aún permanecen bajo observación 1.184.630 pacientes, lo cual, según especialistas sanitarios, sugiere que el número de muertes seguirá en ascenso durante las próximas semanas.
Aunque las cifras de muertos y nuevos casos diarios se mantienen elevadas, en los últimos días han confirmado la tendencia a la baja que comenzó el mes pasado y son muy distantes de los 4.250 decesos del pasado 8 de abril y de los 115.228 contagios del último 23 de junio, en ambos casos los datos más altos en la pandemia.
Las autoridades han atribuido ese descenso al avance del proceso de vacunación, que se ha acelerado aunque sigue a un ritmo lento, en especial entre la población menor de 45 años.
Según datos oficiales, de los 210 millones de brasileños, unos 76 millones han recibido sólo una de las dos dosis necesarias y a otros 27 millones les ha sido aplicada ya la pauta completa.
El proceso de adquisición de vacunas por parte del Gobierno de Jair Bolsonaro está bajo serias sospechas de irregularidades, que han llevado a la Fiscalía General a iniciar una averiguación formal, bajo supervisión de la Corte Suprema.
La Fiscalía investigará hasta la propia actuación del líder de la ultraderecha brasileña, uno de los gobernantes más escépticos ante la gravedad de la covid-19 y cuya destitución exigieron este sábado miles de personas que se manifestaron en las calles de casi todo el país.