Videoconferencias, películas y noticias a través de internet: los europeos se aferran a la Red mientras permanecen confinados en sus hogares para evitar la expansión del coronavirus, una situación inusual que supone oportunidades para las empresas de telecomunicaciones pero que también entraña riesgos.
La pandemia de COVID-19 está poniendo a prueba la resiliencia de las redes ante el aumento de la demanda y los usuarios solo esperan que la conexión aguante y puedan seguir encontrando en internet un poco de distracción del "monotema" y una vía de contacto con familia y amigos, pero también canales de información de los que tratan de aprovecharse cibercriminales o difusores de bulos.
MANTENER LA CALIDAD DEL SERVICIO
Los operadores de telecomunicaciones ya han informado del incremento de la demanda de conectividad y, aunque por el momento no está causando congestión en las redes, la Comisión Europea y el Órgano de Reguladores Europeos de Comunicaciones Electrónicas (ORECE) han empezado a monitorizar el tráfico en cada Estado miembro para poder responder a posibles problemas de capacidad.
El trabajo a distancia, los cursos en línea para los estudiantes o el consumo audiovisual han aumentado la presión en las redes, por lo que la Comisión y el ORECE han pedido a las plataformas de descarga continua ofrecer definición estándar en vez de alta.
Netflix, Amazon Prime y YouTube han recogido el guante y han anunciado que reducirán la tasa de bits para ayudar a evitar la congestión de la red, haciendo lo posible para que la calidad del servicio a sus clientes no se resienta.
"La situación requiere un seguimiento pero no afecta al buen funcionamiento de los sistemas y servicios, especialmente los relacionados con la salud", indicó a Efe una portavoz de la agencia europea para la seguridad de las redes y de la información (ENISA), que precisó que "no hay caídas de actividad de los servicios en línea debido a problemas de congestión de la red".
Según dijo, los operadores ya están haciendo lo que está en su mano para incrementar la capacidad de las redes y asegurarse de que no hay perturbaciones notables.
La asociación europea de grandes operadores de telecomunicaciones, ETNO, asegura que no solo están garantizando una "conectividad fuerte para todos y unos servicios de emergencia resistentes", sino que también están proporcionando a sus clientes una conexión de datos ampliada, ilimitada o incluso gratuita, en estas circunstancias excepcionales.
La organización que aglutina a Telefónica, Orange, KPN o T-Mobile señala que también están ofreciendo pllamadas o paquetes de entretenimiento a los usuarios, soluciones como videoconferencias o servicios en la nube para empresas o plataformas de enseñanza electrónica para los estudiantes que no pueden ir a clase.
"Tenemos una situación en la que las redes móviles y de internet atraviesan un test de estrés. Esto probablemente elevará la atención sobre la importancia de avanzar hacia las redes 5G de manera inclusiva y eficiente, y a largo plazo al 6G", dijo a Efe el representante ante la UE del gigante tecnológico chino Huawei, Abraham Liu.
ALERTA ANTE EL CIBERCRIMEN
La Oficina Europea de Policía ha avisado específicamente durante esta crisis a los ciudadanos de que tengan más cuidado con el uso de internet para evitar timos o delitos.
Europol recomienda cambiar la contraseña que viene por defecto con el rúter, instalar un antivirus en todos los dispositivos conectados a internet, revisar los permisos de las aplicaciones o elegir contraseñas fuertes y diferentes para el email y las redes sociales.
También insta a hacer una copia de seguridad de los datos e instalar actualizaciones de software, poner un código pin o biométrico al móvil o revisar la privacidad en las redes sociales.
Para evitar estafas en las compras en línea, aconseja acudir a los vendedores de confianza o con buenas calificaciones, utilizar tarjetas de crédito, pensar dos veces la compra si una oferta "suena demasiado bien" o comprobar de vez en cuando la cuenta bancaria en busca de actividad sospechosa.
"Los actores malignos están explotando activamente estas nuevas circunstancias desafiantes para apuntar a trabajadores remotos, empresas e individuos por igual", alertan Europol, la Comisión Europea, ENISA y el equipo de respuesta a emergencias informáticas de las instituciones comunitarias (CERT-UE).
La portavoz de ENISA aseguró a Efe que las infraestructuras críticas y los servicios en línea no son más vulnerables a causa del COVID-19 o de un exceso de tráfico en la red, pero sí admitió que han observado "un aumento de la cibercriminalidad".
Los cibercriminales "se aprovechan de la necesidad natural de los ciudadanos de obtener más información o comprar productos o servicios en internet", y preparan ataques adaptados con técnicas de suplantación de identidad o secuestro de datos, apuntó.
"Hay que desconfiar de emails de gente que no conoces, especialmente si piden abrir vínculos o archivos, los que dan sensación de urgencia o los enviados por conocidos pero que piden cosas inusuales", recomiendan desde la ENISA.
COVID-19: CALDO DE CULTIVO PARA LA DESINFORMACIÓN
Una crisis sanitaria es terreno abonado para los difusores de bulos, una práctica además que la Unión Europea lleva combatiendo los últimos años ante su auge en las redes sociales o medios digitales.
Un informe del Servicio Europeo de Acción Exterior revela un repunte de la desinformación sobre el coronavirus, un tema que los medios prorrusos llevan a diario entre sus noticias, según el grupo de trabajo comunitario especializado en desmontar desinformación (StratCom), que desde el 22 de enero ha registrado al menos 110 casos de desinformación relacionados con la pandemia.
"Estos mensajes son característicos de la estrategia bien establecida del Kremlin de utilizar la desinformación para amplificar las divisiones, sembrar la desconfianza y caos, y exacerbar situaciones de crisis y problemas de interés público", indica el estudio.
"Somos conscientes del incremento de información falsa sobre el brote de COVID-19 que aparece en el debate público. Nos preocupa que algunos de esos mensajes puedan causar daño, como las falsas afirmaciones de que beber lejía puede curar el virus", dijo a Efe un portavoz comunitario.
Igualmente, alertó de que esos bulos pueden utilizarse para abusar de la situación con fines lucrativos, por ejemplo, subiendo el precio de jabón que mata los gérmenes.
Para evitar esos perjuicios, las autoridades europeas están en contacto con plataformas como Facebook, Twitter, Google o Microsoft, dispuestas a contrarrestar la información falsa o engañosa sobre el virus.