Los reyes se desplazarán a Andalucía el próximo viernes para hacer un recorrido por el Parque Nacional de Doñana y realizar una visita a la iglesia de Almonte en la que se venera a la Virgen del Rocío y a Sanlúcar de Barrameda.
Felipe VI y doña Letizia, que este jueves estuvieron en la localidad sevillana de Écija, volverán a la comunidad andaluza el 14 de febrero, coincidiendo con el día de San Valentín, para protagonizar una visita enmarcada en el 50 aniversario del Parque Nacional de Doñana.
Con ese motivo, en el Teatro Salvador Távora de Almonte (Huelva) comenzará ese día un congreso que analizará la gestión y uso de este espacio natural y sus principales retos de futuro.
Los reyes iniciarán su agenda asistiendo a la jornada inaugural de este congreso y después se trasladarán hasta la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, donde se encuentra la imagen de la Virgen del Rocío.
Esta imagen, que habitualmente se venera en la ermita de la Virgen del Rocío, se traslada cada siete años a la iglesia de Almonte, donde va a permanecer hasta el próximo mes de mayo.
Será la primera visita de don Felipe y doña Letizia a este santuario como reyes, aunque lo hicieron como príncipes en febrero de 2006 y cuando el templo albergaba también la efigie de la Blanca Paloma.
En la misma jornada se trasladarán hasta el Parque Nacional de Doñana para realizar un recorrido por algunas de las zonas de este espacio natural, y desde allí cruzarán el río Guadalquivir hasta la playa sanluqueña de Bajo de Guía.
Una visita que se enmarca en los actos de conmemoración del V Centenario de la primera circunnavegación del mundo por parte de Juan Sebastián Elcano y Fernando de Magallanes, una expedición que partió de Sanlúcar el 20 de septiembre de 1519.
Don Felipe y Doña Letizia visitarán el embarcadero de Bajo de Guía en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda, desde donde zarparon el 20 de septiembre de 1519, las cinco naves (Trinidad, Concepción, San Antonio, Santiago y Victoria), a bordo de las cuales viajaban 234 hombres. 41 días después de que la expedición, capitaneada por Fernando de Magallanes, saliese de Sevilla. Volverían a Sanlúcar tres años después sólo 18 supervivientes, en la nao “Victoria”, al frente de los cuales se encontraba Juan Sebastián de Elcano. Habían completado la primera vuelta al mundo.
Cuando el 6 de septiembre de 1522 la nao “Victoria” atracaba en Sanlúcar de Barrameda, los 18 hombres, agotados, enfermos, famélicos, desnutridos, que viajaban en ella habían culminado la mayor proeza náutica de la Historia de la Humanidad. Habían pasado tres años menos catorce días moviéndose siempre hacia Occidente, recorriendo más de 14.000 leguas, arribando a América, primero, costeándola, luego; cruzando el Estrecho que más tarde se llamaría de Magallanes; atravesando el Océano Pacífico en un terrorífico viaje que acabaría con parte de la expedición debido al hambre y a las enfermedades, como el escorbuto; yendo de isla en isla en los lejanos archipiélagos que hoy conocemos como las islas Marianas y las Filipinas; alcanzando, al fin, su objetivo, las Islas de las Especias, las Molucas, el Dorado de Oriente; regresando, con no pocos sufrimientos, y con menos del diez por ciento de los tripulantes que partieron, a su puerto de partida, con lo que lograban, por tanto, haber circunnavegado por primera vez todo el globo.
La expedición sirvió para inaugurar una nueva ruta hacia Oriente; para que los españoles disputaran el comercio marítimo a los portugueses, repartido el Mundo previamente por el Tratado de Tordesillas; para comprobar la existencia de un Estrecho, hoy conocido como el de Magallanes, que conectaba Atlántico y Pacífico; para conocer con exactitud la extensión de este último océano; para abrir al conocimiento de Europa nuevas culturas ignotas hasta ese momento. Para, en definitiva, tras el aún reciente descubrimiento de América, conectar todos los territorios del planeta en el primer gran ejercicio de globalidad de la Humanidad.
