La penúltima agrupación de la noche, ataviada con un tipo de película para representar a un dictador, comenzó su actuación dejando claro que disponen de una buena potencia de voces, aunque el grupo dio en todo momento la sensación de interpretar con cierta inseguridad.
Los pasodobles, además, se hicieron demasiado largos. El primero, para los trasplantes. El segundo fue dedicado al problema de la inmigración.
En cuanto a la tanda de cuplés, las letras volvieron a ser de comparsa, es decir, faltas de gracia. Letizia protagonizó el primero. En el segundo protestaron contra las basuras en la Bahía.