A esta supuesta aparición milagrosa se une ahora la creencia de muchos de que cada vez es más palpable la silueta de Santa Faustina, una monja que acompaña siempre en sus representaciones al Cristo de la Misericordia.
La Iglesia en Gibraltar no ha querido pronunciarse públicamente sobre los hechos, pero el obispo católico del Peñón, monseñor Charles Caruana, declaró ayer a este diario que no hay intenciones de abordar este asunto. Caruana se mostró bastante escéptico con la supuesta imagen de Jesús, destacando que el retablo del altar donde se encuentra la Virgen de Europa, también en la Catedral, era del mismo mármol que el del altar principal y hubo que cambiarlo por el actual debido a su deterioro, provocado por la humedad del edificio.
Lo que sí ha hecho la Iglesia es intentar con la colocación de cordones, que los fieles no tengan acceso al altar principal, donde muchos ven la imagen, una medida que al menos en la mañana de ayer estaba dando poco resultado ya que eran muchos los que subían para ver de cerca no sólo la supuesta cara de Jesús, sino a una Virgen y una monja.
Entre el variopinto público que estos días pasa por la Catedral, se escuchan historias de todo tipo. Una de las más destacadas es la que ayer contaba una mujer gibraltareña de avanzada edad, quien aseguraba que al mirar las fotografías que estaban haciendo con sus cámaras, el color del retablo de mármol era rosado y la imagen de Jesús quedaba en blanco y negro a pesar de ser la misma pieza de la pared.
Lo que no se ha podido concretar es desde cuándo este supuesto rostro está en la Catedral. Aunque la historia más versionada es la del turista que hizo una fotografía y al ampliarla descubrió el “milagro”, ya hay quien ha comparado las actuales imágenes con actos celebrados junto al altar en el mes de septiembre, mostrando las fotografías de entonces que el rostro ya se podía apreciar en el retablo.
Muchos turistas se unieron ayer a la comitiva que de un banco a otro de la iglesia explicaba con devoción los detalles de la imagen que dicen ver en la pared. Entre asombrados e incrédulos hicieron cientos de fotos, que sin duda serán un gran reclamo cuando regresen de sus vacaciones.