El tiempo en: Estepona

Jerez

Inesperado y feliz fin de curso

Me ha llenado de satisfacción que se le ponga el nombre de Manuel Luis al polideportivo de Icovesa y que se pida una calle con mi nombre en mi barrio

Publicidad Ai
Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
  • La alcaldesa junto a los vecinos en las pistas deportivas de Icovesa -

E n una de esas vespertinas tertulias interminables de casi todos los días de verano, bien en la terraza del Club Nazaret, bien a orillas de la playa de la Cruz del Mar en Chipiona, con Paco, Juan Luis o Andrés, salió a colación el tema de Jerez, como ciudad y como hecho social, y apunté que lo peor de los jerezanos es nuestra secular apatía. Comentaba que dejamos ir el Banco de España o la Telefónica, con el manantial de puestos de trabajo que albergaba, que se llevasen la Fábrica de Botellas, que se hundiese la empresa de artes gráficas Jerez Industrial, que quitasen todos los cuarteles, incluido el de la Base Aérea de La Parra que era como un patrimonio de la ciudad y todo lo que quieran y más y no movimos un dedo. Como tampoco lo hemos movido cuando la industria vinatera comenzó su escalada de pérdida de puestos laborales y no fuimos capaces de salir ala calle para pedir un plan de reindustrialización para Jerez, ni salimos para pedir que cesase el saqueo a que fueron sometidas las bodegas que se amparaban en la llamada Rumasa, cuando la expropiación del 23 de febrero de 1983. Esa apatía alguna vez que otra, la excepción que confirma la regla, se ha roto y quien la rompía era ese profesor que se llamaba Manuel Luis y se apellidaba Martín Moreno. La Ronda Oeste o  la Universidad llevan sin género de dudas acuñado su nombre en sus orígenes, esos orígenes de tomar la calle para demandar esas opciones tan trascendentales para Jerez. También Solidaridad, la Federación de Asociaciones de Vecinos, lleva su sello porque nació gracias a él, y a otros valientes, cuando lideraba la Asociación de Vecinos de Icovesa. Por eso   que Miguel Zarzuela, La Redención salesiana,  Paco o el sacerdote salesiano Marco Antonio hayan encontrado eco en el Ayuntamiento a la petición de  que el Polideportivo de Icovesa lleve su nombre me ha llenado de satisfacción y alegría en este curso periodístico que se acaba y que amenaza con volver en septiembre. Como me ha llenado de orgullo,  y no me escudo en una falsa humildad, que se haya propuesto mi nombre para una de las calles de mi barrio de Icovesa.  Nos encontramos en seis semanas.  

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN